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"Señor del Milagro, del pueblo de Salta no apartes tu amor". La ciudad de Salta se llenó de emoción y fe al entronizar una vez más a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro. Entre lágrimas y pañuelos al aire, los salteños dieron la bienvenida a sus santos patronos con una devoción inquebrantable y un amor incondicional.
Esta tarde, la Catedral de Salta fue el escenario de la solemne entronización de las sagradas imágenes. Este rito marca el inicio de las festividades del Milagro.
Durante la homilía de la entronización del Señor y la Virgen del Milagro, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, compartió un mensaje profundo que resonó con fuerza entre los fieles presentes en la Catedral Basílica.
“Damos gracias a Dios porque hemos podido comenzar la fiesta en honor al Señor y a la Virgen del Milagro, entronizando sus imágenes en el corazón de esta Catedral, para acercar la presencia del Señor y de María. Se inicia un tiempo fuerte que, para la Iglesia de Salta, es una renovación y una preparación para las Pascuas”, expresó al comienzo de su reflexión.
En sintonía con el Evangelio del día, Cargnello destacó: “La parábola del Buen Samaritano dominaba los textos. La pregunta ‘¿Quién es mi prójimo?’ recibe respuesta de Jesús... Descubrimos que hay que hacerse prójimo para acercarse al otro en su necesidad, tal cual es. Ser un signo de Jesús, que nos levanta y se hace cargo de nosotros. La Palabra de hoy profundiza esto: el tema es saber acoger al huésped, al que viene, saber recibir al otro, saber hacerse prójimo”.
El arzobispo también habló del rol del cristiano en el mundo actual: “El cristiano sabe buscar, en todo lo que acontece —y en particular en los vínculos humanos—, qué me dice Dios detrás de esta persona que llega o que me necesita. No es fácil, en un mundo convulsionado, donde muchas veces aumenta la mentira, el engaño, la trampa. Estar disponibles para recibir a los demás es algo que tenemos que madurar: un cristiano no puede ignorar a los demás”, sostuvo.
Y continuó: “Hay que aprender a recibir al huésped, al que me necesita. Y esto vale también para las relaciones más cercanas: familia, hijos, esposo o esposa, amigos. No basta con hacer. Si no establezco un vínculo que haga madurar la relación, el solo hacer agota. ‘Señor, decime qué me ayuda’. No puedo decir que quiero a mi mujer si no la tengo en cuenta. Tener en cuenta significa darle tiempo y atención, saber escuchar, saber dialogar. Esto forma parte también de nuestra vida cristiana y hoy, en un mundo tan acelerado, adquiere la fuerza de la esperanza. El otro, cuando se siente respetado, atendido, amado, también alimenta su esperanza. La esperanza se sostiene en la fe y se alimenta en el amor”.
Ya en el tramo final de su mensaje, Cargnello subrayó la importancia del rito vivido por los fieles: “Inició el Milagro. El gesto de la entronización es un gesto de que Él y Ella nos visitan. Estamos desafiados nosotros a hacer del Tiempo del Milagro una oportunidad para crecer en el vínculo con Dios, con la Virgen y con los hermanos”.
“Estamos llamados a rezar un poco más, a escuchar la Palabra de Dios, a buscar a Dios, y al mismo tiempo a expresar esa fe que se alimenta en la Palabra, en el cuidado de los hermanos”, insistió el arzobispo.
Y agregó: “Salta nos enseña en la manera en que recibe a los peregrinos en particular, pero también en cómo están dispuestos a recibir al que nos visita: un turista, alguien que llega y espera nuestra respuesta. El Tiempo del Milagro nos ayuda a intensificar el vínculo con Dios, a reconciliarnos en el Sacramento, a sabernos hijos queridos, buscados por Él y contenidos por Él y la Virgen. Y, al mismo tiempo, a experimentar el deseo de hacer lo mismo con los hermanos”.
En consonancia con el llamado había hecho el Papa Francisco, concluyó: “De esa manera, nos ponemos en la línea de lo que el Papa Francisco nos propuso: el Año de la Esperanza. En ese acercarnos a los hermanos, pidamos al Señor que nuestros jóvenes recuperen el entusiasmo por la vida, que no tengan miedo de vivir. Que en estos 50 días nos encuentre cada jornada abiertos a Dios, a Jesús, a la Virgen y a los hermanos”.
Desde hoy y hasta el próximo 15 de septiembre, miles de personas visitarán a los santos patronos en la Catedral, incluyendo escuelas, instituciones y organizaciones. La novena, que comenzará el 6 de septiembre, culminará con el solemne triduo los días 13, 14 y 15 de septiembre. Los salteños se preparan para renovar su pacto de fidelidad con los santos patronos: "Señor, nosotros somos tuyos y tú eres nuestro".
Salta se prepara para vivir un nuevo Milagro, una festividad que une a su gente en un abrazo de fe, devoción y esperanza. El amor por el Señor y la Virgen del Milagro, arraigado profundamente en el corazón de los salteños, se renueva cada año.
Mirá en vivo y viví la fe del pueblo salteño. ¡El Milagro ya comenzó! ¡Salta se prepara para vivir un Milagro para el Mundo!