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23 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Productores salteños dejaron miles de kilos de tomates sin cosechar

En Colonia Santa Rosa, el costo de enviarlos al mercado superó al precio de venta. La campaña 2025 cierra con pérdidas históricas por el contrabando desde Bolivia.
Sabado, 23 de agosto de 2025 01:03
Los tomates quedaron sin levantarse.
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En Colonia Santa Rosa, corazón hortícola del norte salteño, los productores se vieron obligados a dejar en el surco miles de kilos de tomates que no pudieron vender. El costo de enviar la producción al mercado resultó más alto que abandonarla en las fincas. "No es que cosechamos y tiramos. El costo de enviarlo es mucho más caro que dejarlo en el campo", aclaró Fernando Ortiz, productor local, en diálogo con Radio Salta.

La situación refleja el colapso de la campaña 2025 en la región: precios que no cubren los costos, contrabando desde Bolivia, caída del consumo interno y una brecha enorme entre lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor en góndola.

Producir un cajón de tomate de 20 a 22 kilos demanda entre $11.000 y $13.000. "Hoy cuesta más la caja de madera que la fruta que va adentro. Es más caro el collar que el perro", graficó Ortiz. Sin embargo, ese esfuerzo se diluye en la cadena comercial: "un kilo de tomate en góndola se vende prácticamente al mismo precio que nos pagan a nosotros por veinte kilos", denunció.

Producir un cajón de 20 a 22 kilos de tomate cuesta entre $11.000 y $13.000, pero en góndola un kilo se vende al mismo valor que el productor recibe por los veinte kilos.

El productor señaló que en los últimos meses hubo mayor presencia de Gendarmería en la frontera, pero los controles se enfocan en el narcotráfico y no en el ingreso de mercadería. "Desde Bolivia no solo entran electrodomésticos, también tomate, huevos y otros productos. La frontera es muy grande y difícil de controlar. La gente lo hace porque le resulta rentable, pero genera un perjuicio enorme para los productores y toda la cadena productiva", explicó.

Ortiz aclaró que el problema no es la mercadería que ingresa por vías legales, declarada y registrada, sino la que entra de manera irregular y sin regulación alguna.

La temporada de tomate en el norte salteño ya está prácticamente cerrada. "Estamos en un 90% de finalización. Algunos productores terminaron, otros están en el último tramo. La fiesta del tomate, que se hace el 30 de agosto, siempre marca el cierre de campaña y este año llegamos con la producción perdida", admitió Ortiz.

A la presión de costos y del contrabando se suma la falta de poder adquisitivo. "La gente no tiene dinero en el bolsillo y le cuesta comprar. Esa es otra parte del problema", señaló. Además, cuando los precios bajan en origen, esa reducción no llega al consumidor.

Portón abierto

"Si al menos sirviera para que el consumidor compre más barato, habría un beneficio. Pero no pasa. Nos perjudicamos nosotros y también el consumidor final. Los únicos que ganan son los eslabones del medio de la cadena", dijo Fernando Ortíz.

Para no desperdiciar todo, algunas fincas mantienen sus puertas abiertas a los vecinos. "En Finca La Trinidad trabajamos portón abierto: la gente de la zona puede venir a buscar tomates, papayas o berenjenas para consumo familiar. Lo que no permitimos es que vengan camiones a cargar gratis, porque eso sí perjudica a otros productores y verduleros", explicó.

Pese a las dificultades, los productores buscan alternativas para transformar la pérdida en una oportunidad cultural y turística. "Estamos pensando en hacer una fiesta de la tomatina, como en España, para darle un atractivo turístico al cierre de la campaña. Ojalá sea algo excepcional y no se repita", adelantó Ortiz.

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