Un grupo de 15 salteños emprendió una travesía única. Partieron el 20 de agosto desde una parroquia ubicada en el puerto peruano y esperan llegar el 12 de septiembre a la Catedral Basílica de Salta. En diálogo con El Tribuno, Jorge Vizgarra contó que el viaje solo es posible “movilizados por la fe”.
¿Cómo comenzó esta peregrinación?
Recién levantándonos… La salida fue desde el puerto del Callao, desde la iglesia, con misa y bendición del padre. Fue una salida verdaderamente hermosa. Ese mismo día, el 20 de agosto, iniciamos la bicicleteada por toda la costa de Lima.
¿Quiénes integran el grupo?
Somos 15 salteños, todos. La mayoría de Salta Capital, aunque también hay peregrinos de otras zonas. Como le digo, si bien muchos somos de la ciudad, solemos ir cada septiembre hasta Santa Victoria Oeste, o en mi caso hasta Nazareno para llegar caminando hasta la Catedral. Tenemos entre 54 y 75 años. Es un grupo variado, pero todos unidos por la misma fe.
¿Qué los impulsa a recorrer tantos kilómetros?
La fe, fundamentalmente. Es difícil explicarlo con palabras. No se piensa mucho, se vive. Es lo que te moviliza, lo que te lleva, lo que hace que comience todo. Y siempre se llega bien, dando gracias a nuestros patronos y pidiendo perdón. No habría otra forma de hacerlo sin esa motivación.
¿En qué punto se encuentran ahora?
Estamos en Atico, Perú. Desde aquí partimos rumbo a Arequipa. Hacemos tramos de 100 a 120 kilómetros por día y el resto lo completamos en una camioneta. La meta es clara: ingresar a la Catedral de Salta el 12 de septiembre.
¿Cómo se organizan en el camino?
Somos 12 varones y tres mujeres que cumplen un rol muy importante, como servidoras del Señor y la Virgen del Milagro. Ellas colaboran en cada parada, nos acompañan espiritualmente y con la logística.
¿Por qué eligieron partir desde el Callao?
Porque allí fueron encontradas en 1592 las imágenes del Cristo y de la Virgen del Rosario, hoy patrona de Córdoba. Ambas estaban destinadas a Salta y Córdoba, respectivamente, y desde ese lugar quisimos recrear en parte aquella historia, aunque obviamos Potosí para ganar tiempo, sino nos sería imposible llegar en fecha.
¿Llevan algún símbolo religioso en esta peregrinación?
Sí. Adquirimos un Cristo en Lima y viajamos con réplicas de imágenes del Señor y la Virgen del Milagro. Además, vamos obsequiando estampitas y denarios en cada lugar que pasamos. Es una manera de compartir nuestra fe.
¿Qué significa para ustedes esta travesía?
Es cumplir con un pacto. Las ganas de llegar, de concluirlo, es lo que nos mantiene firmes. La peregrinación como la vivimos en Salta es única, y llevarla desde el Callao hasta aquí la hace aún más especial.