El descubrimiento de los cadáveres de Cassandre Bouvier (29) y Huoria Moumni (20) no solo significó el inicio de un hecho que conmocionó a dos países, sino que también resultó una ardua tarea investigativa, que tuvo sus frutos desde sus inicios.
Precisamente desde el comienzo de la pesquisa Gustavo Lasi (23), quien era guía turístico durante su tiempo libre y estaba contratado como empleado administrativo en el Ministerio de Turismo, quedó estrechamente vinculado al doble homicidio. A medida que las audiencias judiciales, las indagatorias y las evidencias aparecían, el joven quedó cada vez más comprometido con el crimen.
Retrospectivamente, uno de los primeros indicios que lo vinculó fue la señal detectada del equipo de una de las jóvenes a principios de agosto cuando los investigadores descubrieron que el celular estaba activado con el chip de Lasi.
Luego de la señal delatora, el regalo de ese equipo móvil a su novia María Fernanda Cañizares -argumentó que lo había comprado por $150- y de la cámara de fotos que supuestamente encontró en una sandwichería de San Lorenzo, lo ubicaron en la escena del crimen.
Ya en sede judicial, el testimonio de su entonces novia María Fernanda lo puso en el centro de la atención, cuando declaró que Gustavo tenía un arma, que entregó a su padre Walter, quien luego la cedió a “Pajarito” Ramos, e inició un camino incierto que acabó en la casa de Decarlo, de San Lorenzo, desde donde fue incautada la carabina que acabó con la vida de Cassandre.
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El descubrimiento de los cadáveres de Cassandre Bouvier (29) y Huoria Moumni (20) no solo significó el inicio de un hecho que conmocionó a dos países, sino que también resultó una ardua tarea investigativa, que tuvo sus frutos desde sus inicios.
Precisamente desde el comienzo de la pesquisa Gustavo Lasi (23), quien era guía turístico durante su tiempo libre y estaba contratado como empleado administrativo en el Ministerio de Turismo, quedó estrechamente vinculado al doble homicidio. A medida que las audiencias judiciales, las indagatorias y las evidencias aparecían, el joven quedó cada vez más comprometido con el crimen.
Retrospectivamente, uno de los primeros indicios que lo vinculó fue la señal detectada del equipo de una de las jóvenes a principios de agosto cuando los investigadores descubrieron que el celular estaba activado con el chip de Lasi.
Luego de la señal delatora, el regalo de ese equipo móvil a su novia María Fernanda Cañizares -argumentó que lo había comprado por $150- y de la cámara de fotos que supuestamente encontró en una sandwichería de San Lorenzo, lo ubicaron en la escena del crimen.
Ya en sede judicial, el testimonio de su entonces novia María Fernanda lo puso en el centro de la atención, cuando declaró que Gustavo tenía un arma, que entregó a su padre Walter, quien luego la cedió a “Pajarito” Ramos, e inició un camino incierto que acabó en la casa de Decarlo, de San Lorenzo, desde donde fue incautada la carabina que acabó con la vida de Cassandre.