¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La identificación biométrica en el país

Domingo, 08 de enero de 2012 20:41

A partir del 3 de enero ya contamos en nuestra provincia con los DNI “cero año” (ver más información en El Tribuno del 3/1/12, pág. 17). ¿Qué significa realmente este “gran avance” en la identificación de las personas que incluye la denominada captura digital?
Significa la identificación biométrica desarrollada en los EEUU por los servicios de inteligencia para distinguir a supuestos delincuentes terroristas de manera rápida y certera.
 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

A partir del 3 de enero ya contamos en nuestra provincia con los DNI “cero año” (ver más información en El Tribuno del 3/1/12, pág. 17). ¿Qué significa realmente este “gran avance” en la identificación de las personas que incluye la denominada captura digital?
Significa la identificación biométrica desarrollada en los EEUU por los servicios de inteligencia para distinguir a supuestos delincuentes terroristas de manera rápida y certera.
 

Antecedentes
 

En EEUU se lo denominó Next-Generation Identification (NGI) y fue desarrollado por Lockheed Martin, partiendo de la identificación del iris del ojo, la huella digitalizada, el rostro biométrico, las venas de la parte superior de la mano, etc.
Hoy puesto en práctica por la novísima ley marcial norteamericana, la National Defense Authorization Act (NDAA), la que habilita la detención a cualquiera y en cualquier parte, indefinidamente (es casi equivalente a la figura de “A Disposición del PEN” de la dictadura argentina).
Nick Megna (consultor biométrico del FBI) sostiene que el NGI posibilita “identificar en pocos minutos a individuos desconocidos, facilitando el trabajo del FBI en la identificación de supuestos delincuentes en el marco de la lucha contra el crimen”.
En nuestro país, según el decreto 1766/2011, recibió el nombre de Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (Sibios). Fue anunciado por la propia Presidenta, quien sostuvo que este sistema “es un empecinamiento personal porque significa un salto cualitativo en la lucha por la seguridad y contra el delito”. Destacó el bajo costo del sistema y agradeció la “colaboración prestada por la República de Cuba (¿?), ya que el mismo se desarrolla en el Ministerio de Seguridad bajo el asesoramiento de especialistas cubanos. Destacó que “el sistema Sibios ya contiene los datos de 13 millones de argentinos, no pudiéndose haber hecho de golpe por temor a un colapso. Pero en el plazo de dos años los 40 millones o más de argentinos serán identificados”. (Ver más información en el diario Página 12 del 7-11-2011).
Para ello se cuenta con el soporte del software del Sistema Automatizado de Huellas Digitales (AFIS) que procesa registros patronímicos y biológicos, integrado a la Oficina Nacional de Tecnologías de Información (ONTI) dependiente de la Jefatura de Gabinete (Abal Medina).
Slim Telecomunicaciones brindará el asesoramiento necesario en materia de pautas de estandarización y compatibilidad de equipamiento, plataformas de hardware y software, atendiendo a fortalecer la operatividad y eficiencia funcional del sistema para lograr las respuestas a las consultas biométricas en tiempo real.
A partir del 1 de enero cada hospital y clínica del territorio nacional cuenta y/o contará con un equipo de toma de datos biométricos para identificar a cada recién nacido.
 

AFIP

Ya el 23 de abril de 2010, por medio de la resolución general 2811, el sistema recaudatorio argentino se adelantaba a lo expuesto, con la creación del Registro Tributario de Aceptación de Datos Biométricos, involucrando a más de 7 millones de contribuyentes.
 

Todos sospechosos

El Sibios parece ser un decisivo paso en el censo y control social del “ganado” humano, ensamblado en la reciente ley antiterrorista, por la que ahora con la excusa de “prevención” somos todos sospechosos, monitoreados por los cada vez más sofisticados sistemas de control de la cárcel sin muros de vigilancia permanente en la que poco a poco estamos inmersos.
 

PUBLICIDAD