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Un artista que no puede pensar en otra cosa

Miércoles, 17 de octubre de 2012 21:27

Para Roly Arias, dibujar es un trabajo cotidiano y reiterado y, aunque sus obras estallen caóticas frente a los ojos, el artista asegura que en ellas hay casi nada de espontaneidad. Un buen conjunto de sus trabajos podrán apreciarse desde hoy, a las 20.30, en galería de arte Mamoré (Los Carolinos 407). “Imposible pensar en otra cosa” reúne dibujos sobre papel, realizados con lápiz negro, acrílico y acuarela. “En ellos hay variadas situaciones, algunas eróticas, otras que hacen referencia al dolor, a la muerte. El dibujo se va armando con diferentes imágenes aparentemente inconexas pero que, a poco de observarlas, van creando vínculos”, sostuvo el artista.

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Para Roly Arias, dibujar es un trabajo cotidiano y reiterado y, aunque sus obras estallen caóticas frente a los ojos, el artista asegura que en ellas hay casi nada de espontaneidad. Un buen conjunto de sus trabajos podrán apreciarse desde hoy, a las 20.30, en galería de arte Mamoré (Los Carolinos 407). “Imposible pensar en otra cosa” reúne dibujos sobre papel, realizados con lápiz negro, acrílico y acuarela. “En ellos hay variadas situaciones, algunas eróticas, otras que hacen referencia al dolor, a la muerte. El dibujo se va armando con diferentes imágenes aparentemente inconexas pero que, a poco de observarlas, van creando vínculos”, sostuvo el artista.

Arias explicó que tomó el título de esta serie, “Imposible pensar en otra cosa”, de un verso de Roberto Bolaño. “No dice nada concretamente. Es bastante amplio y ambiguo y tiene además una connotación picaresca. Tiene muchas posibilidades y me pareció adecuado para una serie que se fue construyendo tras la muerte de mi padre, en un momento muy especial donde parecía imposible pensar en otra cosa”, precisó.

Arias asegura sentirse cómodo en el aparente caos que proponen sus dibujos. “Las imágenes se van integrando y yo confió en el ejercicio de la paciencia. El dibujo agradece la insistencia y lo premia con pequeños hallazgos que uno trata de aprovechar. Dibujar es un trabajo cotidiano y reiterado y en ese punto es muy difícil que haya espontaneidad o improvisación en alguien que todos días hace la misma tarea”.

En las obras de Arias pueden observar se elementos recurrentes que van creando una especie de simbología. “Pero en este caso -aclara el artista- sería una simbología abierta, donde cada uno puede decir a qué refieren esas imágenes; no es un código previo y cerrado”.

Otro elemento que Arias ha incorporado desde hace un tiempo a sus obras es la palabra escrita, pero no están ahí para ser leídas, como advierte Hernán Ulm, docente de Filosofía e Historia del Arte: “Las palabras rechazan toda lectura (...). De esta forma, y liberadas de su función de signo lingístico, los trazos que definen una palabra no dejan de ser las líneas de un camino que el artista ha recorrido. Tal vez porque en ese camino que las palabras dibujan, se trata de mostrar que, finalmente, las palabras son un dibujo que se inscribe en una superficie y la ocupan. Las palabras son imágenes para ser vistas, el rastro de una mano”.

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