La típica foto que se suele hacer es la postal de los atletas, quienes se preparan para ser parte de la tradicional prueba y, sobre todo, para aportar su granito de sacrificio y talento. Muchos de ellos cumplen con el objetivo de llegar, otros solo quieren ganar.
La versión 2012 del Biatlón de la Cumbre contó con algunas innovaciones que son una continuidad del año pasado, cuando se inauguró en la prueba el reloj digital. Ayer se puso en marcha el sistema de chip en cada uno de los casi 300 atletas que participaron. Un sistema mediante el cual los resultados digitales agilizan la planificación y el trabajo de los cronometristas.
Una verdadera fiesta se vivió entre chicos, jóvenes y grandes; todos y cada uno de ellos disfrutaron con al 27º edición del Biatlón de la Cumbre. El espíritu deportivo y de sacrificio prevaleció por sobre cualquier otro, con el objetivo de llegar a como dé lugar, algunos lo hicieron junto a sus hijos, otros caminando. Están también quienes después de dos horas y media intentan acelerar en los metros finales. Todo vale.
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La típica foto que se suele hacer es la postal de los atletas, quienes se preparan para ser parte de la tradicional prueba y, sobre todo, para aportar su granito de sacrificio y talento. Muchos de ellos cumplen con el objetivo de llegar, otros solo quieren ganar.
La versión 2012 del Biatlón de la Cumbre contó con algunas innovaciones que son una continuidad del año pasado, cuando se inauguró en la prueba el reloj digital. Ayer se puso en marcha el sistema de chip en cada uno de los casi 300 atletas que participaron. Un sistema mediante el cual los resultados digitales agilizan la planificación y el trabajo de los cronometristas.
Una verdadera fiesta se vivió entre chicos, jóvenes y grandes; todos y cada uno de ellos disfrutaron con al 27º edición del Biatlón de la Cumbre. El espíritu deportivo y de sacrificio prevaleció por sobre cualquier otro, con el objetivo de llegar a como dé lugar, algunos lo hicieron junto a sus hijos, otros caminando. Están también quienes después de dos horas y media intentan acelerar en los metros finales. Todo vale.