En una singular propuesta, se convocó a vecinos e interesados a comprar arándanos, pero con una particularidad: cosechados y seleccionados por cada cliente, al mejor estilo del turismo rural.
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En una singular propuesta, se convocó a vecinos e interesados a comprar arándanos, pero con una particularidad: cosechados y seleccionados por cada cliente, al mejor estilo del turismo rural.
La cita es en la finca ubicada en el kilómetro 8 y medio de la ruta 51, camino a Campo Quijano.
La temporada se extenderá hasta mediados de diciembre, desde las 7.30 hasta la puesta del sol.
La iniciativa pertenece a Ana María Mountenot, quien comenzó a cultivar arándanos desde hace unos nueve años aproximadamente.
“Abrimos la convocatoria hace unos años. Al principio se acercaba muy poca gente, porque existe todavía mucho prejuicio con lo referido a las labores del campo. Pero con el tiempo comenzaron a animarse, muchos movidos por la curiosidad, ya que el arándano no es de consumo habitual en nuestra provincia”, señaló Ana María.
El objetivo de esta propuesta es promover la vida sana y el contacto con la naturaleza, a la vez de fomentar el turismo rural en la zona.
“Este tipo de convocatoria es muy común en Europa. Allí la gente participa más de estas actividades al aire libre y cosecha sus propias frutas y verduras los fines de semana. Es una oportunidad para pasar unas horas con los chicos, en familia, con amigos o simplemente al aire libre”, destacó Ana.
Cabe destacar que el valor nutricional del arándano se resume entre bajo y libre de grasas y sodio, libre de colesterol y rico en fibras y diurético; además de ácido hipúrico, lo que determina que sea una fruta con muchas características deseables desde el punto de vista nutricional.