El escándalo en EEUU en torno a la dimisión del director de la CIA, David Petraeus, se complica a medida que se conocen más detalles y crecen las críticas al FBI por no haber informado antes de la investigación que destapó su amorío, así como la preocupación sobre si la amante obtuvo información clasificada.
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El escándalo en EEUU en torno a la dimisión del director de la CIA, David Petraeus, se complica a medida que se conocen más detalles y crecen las críticas al FBI por no haber informado antes de la investigación que destapó su amorío, así como la preocupación sobre si la amante obtuvo información clasificada.
Cómo la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) descubrió la relación extramarital de Petraeus con su biógrafa, Paula Broadwell, ya no es un misterio, pero aumentaron las dudas sobre por qué el asunto no trascendió hasta la semana pasada pese a que responsables del Departamento de Justicia lo sabían desde el verano e incluso un congresista republicano desde octubre.
La prensa estadounidense ha identificado a la víctima del ciberacoso que destapó la infidelidad del general retirado y desembocó en su inesperada dimisión, anunciada el pasado viernes, como Jill Kelley, una mujer residente en Tampa (Florida) y amiga de la familia de Petraeus.
Kelley fue supuestamente acosada por internet por motivos que aún se desconocen por Broadwell, quien mantuvo una relación hasta hace cuatro meses con Petraeus, la cual comenzó el año pasado cuando este ya se había retirado.
La investigación a Broadwell sacó a la luz su relación con Petraeus, de la que altos responsables del FBI y el Departamento de Justicia fueron informados el pasado verano.
Para los analistas, el FBI tenía la obligación de informar de inmediato al presidente Barack Obama de una investigación que involucraba al jefe de la Agencia Central de Inteligencia.
Obama supo del asunto un día después de los comicios en los que ganó la reelección, y aceptó la renuncia de Petraeus el jueves.
Pero los interrogantes planean también sobre la información clasificada a la que pudo tener acceso Broadwell durante su relación con el director de la CIA.
Un atentado bajo la lupa
En un discurso en la Universidad de Denver el pasado 26 de octubre, el general David Broadwell hizo afirmaciones sorprendentes sobre el ataque al consulado de EEUU en Bengasi (Libia), un mes antes, donde murieron el embajador Chris Stevens y otros tres estadounidenses.
Broadwell, afirma en ese discurso que un grupo de libios atacó el consulado para rescatar a prisioneros de guerra. Petraeus manejaba esa información, lo que implica que podría haber sido su fuente.
Paula posee un gran currículum
La biógrafa Paula Broadwell, que enamoró al líder de la CIA, es una escritora pizpireta que se acercó al general con la excusa de estudiar su liderazgo y se enzarzó con él en una relación sexual sin límites.
Además posee un currículum excepcional: se graduó en la Academia Militar de West Point, ejerció como modelo para una firma de ametralladoras y llegó a ser concertista en una orquesta de Dakota del Norte.