“No somos actores, simplemente apostamos a la imaginación y a las ganas de transformar vidas”, señaló Fernando Vargas, uno de los responsables de la puesta en escena de la obra “Hell House, la casa del terror”.
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“No somos actores, simplemente apostamos a la imaginación y a las ganas de transformar vidas”, señaló Fernando Vargas, uno de los responsables de la puesta en escena de la obra “Hell House, la casa del terror”.
La organización está bajo la responsabilidad de la Comunidad Cristiana Betesda y el Ministerio de Generaciones Transformadas.
“El objetivo principal es concientizar y confrontar a los espectadores sobre temas como la droga, el alcohol, la depresión, el suicidio, entre otros. Se intenta comunicar que el estar involucrados en algunas de estas vivencias o aún ser parte de ellas, las consecuencias se evidencian en todos los aspectos de la vida. Se debe alcanzar una respuesta, basada en principios éticos y cristianos, para salir del problema. La solución existe a través de Dios”, aseguró Rosa Mamaní encargada de prensa de Betesda.
Esta significó la novena edición de “Hell House”, que tuvo sus primeras apariciones en el 2003. “Nuestro compañero Arnaldo Wierna vio esta obra en La Plata y rápidamente nos entusiasmó para llevarla al escenario. Se reflejan escenas muy fuertes, con la realidad en pleno. La idea es mostrar la raíz del problema, lógicamente alentando que existe la solución”, agregó Vargas.
La obra interactiva dura 40 minutos y cuenta con diferentes actos. “Uno de los cuadros trata de un esposo alcohólico, que castiga físicamente a su mujer, hasta provocarle la muerte. Otro acto se relaciona a un joven que desde muy pequeña es violada por su papá y decide suicidarse en el cumpleaños de su progenitor”, contó Mamaní.
Más de 50 personas participan en la puesta en escena, “Muchos de ellos estuvieron involucrados en problemas y hoy buscan reconfortar su alma y se alejaron de los problemas. Particularmente, atravesé una etapa difícil en mi vida, pero por suerte me encaminé en la palabra de Dios”, sostuvo Vargas.
Actuaron en barrio Limache
Recientemente se presentaron con total éxito en el colegio Juan Carlos Saravia 5071, de barrio Limache. “Queremos agradecer a la directora María Mastrolinardi, por su apoyo incondicional. Nos emocionó ver a una preceptora como le pagaba, de su bolsillo, la entrada a los niños del barrio para que vean la obra. Cobramos 15 pesos la entrada, que nos sirve solamente para solventar los gastos de la puesta en escena, no recibimos ayuda de nadie y muchas veces gastamos de nuestra plata”, dijo Mamaní.
Los jóvenes también trabajan en la contención familiar, en los hospitales y barrios de la capital salteña. Además, brindan un espacio especial a los niños.