Las Casitas ubicadas en Río Gallegos, Santa Cruz “fueron los prostíbulos más tenebrosos de la Argentina y funcionaban en tierras fiscales por orden de Néstor Kirchner, que era intendente”, dijo Gustavo Vera, titular de la cooperativa La Alameda que trabaja para denunciar casos de trata de personas.
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Las Casitas ubicadas en Río Gallegos, Santa Cruz “fueron los prostíbulos más tenebrosos de la Argentina y funcionaban en tierras fiscales por orden de Néstor Kirchner, que era intendente”, dijo Gustavo Vera, titular de la cooperativa La Alameda que trabaja para denunciar casos de trata de personas.
De hecho, ese lugar fue señalado por las víctimas que declararon en el juicio por el caso de Marita Verón como uno de los posibles lugares donde podría haber estado la hija de Susana Trimarco y como destino de varias mujeres sometidas a la explotación sexual.
Vera indicó además que ese barrio prostibulario también fue mencionado en el juicio realizado el año pasado en Chaco en un caso de trata sexual en el que tuvieron que declarar integrantes de las fuerzas policiales de esa provincia implicados en los hechos.
“En su momento con mi papá recorrimos los prostíbulos porque teníamos el dato de que mi hermana podía estar ahí. Las Casitas de tolerancia no deben abrirse porque es avalar la explotación sexual”, relató el hijo mayor de Susana Trimarco ayer al diario Santa Cruz Digital.
Es que el fallo que dejó impune a todos los acusados por la desaparición de Marita Verón volvió a poner en el ojo de la tormenta la historia de este espacio conformado por 36 prostíbulos.