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El papa Benedicto XVI firmó el decreto para beatificar al Cura Gaucho

Viernes, 21 de diciembre de 2012 00:06

El papa Benedicto XVI firmó hoy el decreto que reconoce un milagro por intercesión del cura Brochero, por lo que será proclamado beato muy probablemente en septiembre en Córdoba.
La información fue confirmada por un vocero de la diócesis de Cruz del Eje, donde se inició la causa de canonización del sacerdote cordobés.

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El papa Benedicto XVI firmó hoy el decreto que reconoce un milagro por intercesión del cura Brochero, por lo que será proclamado beato muy probablemente en septiembre en Córdoba.
La información fue confirmada por un vocero de la diócesis de Cruz del Eje, donde se inició la causa de canonización del sacerdote cordobés.

Villa Cura Brochero vive con júbilo esta decisión del Vaticano y ya organizó una misa de acción de gracias para hoy a las 20 horas. El camino a la beatificación comenzó en la década del 60, cuando la Iglesia de Córdoba hizo saber a la Santa Sede que el “Cura Gaucho” era un ser especial en esa comunidad y en toda la provincia.

El 21 de noviembre de 1963, al cumplirse 50 años de su muerte, la Iglesia local envió una carta al Vaticano donde afirmaba: “Brochero no es un sacerdote ignorado, se lo conoce en toda la Nación. Hemos de pedir al Señor con toda humildad y constancia que, si tales son los designios providenciales, veamos pronto en la gloria de los altares a este siervo bueno y fiel, a este párroco inolvidable que supo abrir surcos tan hondos en la vida religiosa de Córdoba”.
El decreto fue promulgado durante la audiencia que Benedicto XVI concedió al prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato.

Gabriel del Rosario Brochero nació en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.Habiendo ingresado al Colegio Seminario Nuestra Señora de Loreto el 5 de marzo de 1856, fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866.

Como ayudante de las tareas pastorales de la Catedral de Córdoba, desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad. Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el titulo de Maestro en filosofía por la Universidad de Córdoba.

A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros cuadrados. con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas. Incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. El estado moral y la indigencia material de sus habitantes eran lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanima, sino que desde ese momento dedicó su vida toda no sólo a llevar el Evangelio sino a educar y romocionar a sus habitantes.

Al año siguiente de llegar, comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer los Ejercicios Espirituales. Recorrer los 200 kilómetros requería tres días a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve. Al regresar, luego de nueve días de silencio, oración y penitencia sus feligreses iban cambiando de vida, siguiendo el Evangelio y buscando el desarrollo económico de la zona.

En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito (localidad que hoy lleva su nombre). Fue inaugurada en 1877 con tandas que superaron las 700 personas, pasando por la misma, durante el ministerio parroquial del Siervo de Dios, más 40.000 personas. Para complemento construyó la casa para las religiosas, el Colegio de niñas y la residencia para los sacerdotes.

Con sus feligreses construyó mas de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran. “abandonados de todos pero no por Dios”, como solía repetir.

Predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos, llevando siempre lo necesario para la Misa en las arganas de su muta. Ningún enfermo quedaba sin los sacramentos, para lo cual ni la lluvia ni el frío lo detenían. “Ya el diablo me va a robar un alma”, decía. Se entregó por entero a todos, especialmente a los pobres y alejados, a quienes buscó solicitadamente para acercarlos a Dios.

Pocos días después de su muerte, el diario católico de Córdoba escribe: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba largo y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”. Debido a su enfermedad, renunció al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó a su casa de Villa del Transito, muriendo leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
 

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