Un nuevo ciclo lectivo comenzó y muchos detalles parecen conjugarse para dificultar el proceso de enseñanza - aprendizaje. Salvo los nuevos, la mayoría de los edificios escolares tienen deficiencias que directivos, docentes, alumnos y padres no dejan de mencionar apenas se pregunta sobre el tema. Sin embargo, los chicos quieren aprender y, sin merecerlo, soportan problemas con el agua, paredes sucias y escritas, vidrios rotos, baños que no funcionan, amontonamientos en las aulas y pupitres en mal estado, entre otras complicaciones.
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Un nuevo ciclo lectivo comenzó y muchos detalles parecen conjugarse para dificultar el proceso de enseñanza - aprendizaje. Salvo los nuevos, la mayoría de los edificios escolares tienen deficiencias que directivos, docentes, alumnos y padres no dejan de mencionar apenas se pregunta sobre el tema. Sin embargo, los chicos quieren aprender y, sin merecerlo, soportan problemas con el agua, paredes sucias y escritas, vidrios rotos, baños que no funcionan, amontonamientos en las aulas y pupitres en mal estado, entre otras complicaciones.
Antes del primer día de clases, los padres de los alumnos realizaron enormes esfuerzos económicos para adquirir la lista de útiles que, sin mochila, manual ni diccionario, rondó este año los 300 pesos por cada niño. Además sortearon la traba del alto precio de los uniforme y, con zapatos y equipo de gimnasia, completaron la hazaña de mandar a los chicos a la escuela con apenas lo necesario.
Las maestras, quienes también padecen las desavenencias edilicias de las escuelas, los recibieron esperanzadas de poder desarrollar un nuevo año de números y letras.
El año escolar 2012 ha comenzado hace una semana. El objetivo del Gobierno provincial es cumplir 185 días de clases, cinco menos que la meta que se impuso el Gobierno nacional.
El inicio del ciclo lectivo siempre es auspicioso, aunque para el transcurso del año y lo antes posible, muchas urgencias y necesidades deben ser cubiertas.
Un ejemplo son las obras en los establecimientos. No sólo se requiere un cambio de maquillaje como ejecutan la Provincia y los municipios. Las refacciones en serio requieren más inversión y deben ser permanentes.
En Argentina, la educación ha mostrado un avance importante en las oportunidades de acceso durante los últimos años, pero aún requiere de esfuerzos significativos para lograr la universalización de la educación básica y generar más opciones y mejor infraestructura para niños y jóvenes en edad de cursarla.
Por los barrios
El Tribuno recorrió los barrios Santa Lucía, Castañares, Villa Mitre, Vicente Solá y Villa Lavalle, para preguntarles a los padres, a una semana de iniciadas las clases, cómo encontraron el edificio de la escuela; cuánto gastaron en útiles y uniformes; si en los primeros días gastaron en otros elementos escolares; si envían a sus chicos a realizar actividades extracurriculares y cuánto gastan en ellas.
Los padres de chicos que van a escuelas nuevas se mostraron conformes con el estado edilicio y marcaron detalles menores, aunque hubo otros, cuyos niños van a escuelas antiguas, que se quejaron duramente y reclamaron que, en algunos establecimientos, los padres no pagan la cooperadora y los directivos no pueden afrontar los gastos que implican las reformas o arreglos necesarios. En este sentido, un padre aconsejó al que no pueda pagar la cooperadora, que colabore voluntariamente con mano de obra para ayudar a la escuela de su hijo.
La mayoría de los consultados dijo las palabras “todo está más caro”, y hablaron de ahorro. Incluso algunos contaron que este año reciclaron mochilas, cartucheras, carpetas y prendas del uniforme para que “alcance la plata”. Algunos aseguraron haber recibido bolsones escolares entregados por el Gobierno. En cuanto a las actividades extracurriculares, la mayoría dijo enviar a los hijos a practicar deportes, danzas e inglés, pero a centros vecinales e instituciones gratuitas o con cuotas mínimas. Muchos comentaron que hacen grandes erogaciones en maestras particulares para apoyar a los chicos en el estudio de las asignaturas.