Se espera que tras las declaraciones de dos de los acusados, los otros cuatro hagan lo propio
a partir de mañana.
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Se espera que tras las declaraciones de dos de los acusados, los otros cuatro hagan lo propio
a partir de mañana.
El hecho que conmovió al departamento de Anta en noviembre de 2008, cuando el cadáver del pequeño productor agrícola Guillermo Arenas Solís fue encontrado a 16 kilómetros de Las Lajitas, está a punto de llegar a la etapa de definiciones, porque hoy -tras seis audiencias-, dos de los seis enjuiciados acusados de ser los responsables del suceso, prestarán declaración ante la Cámara II del Crimen.
Se trata de los expolicías de la subcomisaría El Dorado, de Apolinario Saravia, Francisco Bonifacio Díaz, acusado por el delito de homicidio calificado, y Sergio David Ocampo, como partícipe necesario de homicidio calificado, quienes se sentarán frente a los magistrados Carlos Pucheta, Bernardo Ruiz y Angel Longarte, en la Sala de Grandes Juicios de Ciudad Judicial.
Para mañana se espera que el resto de los acusados, Celso Cruz y Luis Alberto Santana (imputados por el mismo delito que Díaz); Cirilo Cruz, por encubrimiento, y Rodolfo Andrés Rodríguez, por violación a los deberes de funcionario público, hagan lo propio.
Por su parte, los últimos testigos del hecho, Emilio Vaca, Primitivo Ocampo, Carlos Rodríguez y Pablo González fueron indagados ayer.
La declaración que más resaltó, fue la de González, hijo de crianza de la víctima, quien se encuentra detenido desde el pasado 6 de agosto, por el delito de tentativa de homicidio.
El joven dijo que en el penal de Villa Las Rosas se encontró con Celso Cruz: “Me pidió perdón por lo que le hicieron a mi papá. Me dijo que él solo había participado porque se dejó llenar la cabeza, pero que los asesinos estaban en el otro pabellón (en referencia a Díaz y Santana)”.
“En nombre de mi familia pido que si hay algún inocente, sea absuelto y que los culpables sean castigados”, culminó González.