Eliana Socorro Puca (23), una joven psicopedagoga que desempeñaba funciones en el colegio secundario de San Antonio de los Cobres, denunció que a pesar de haber sido víctima de una serie de sistemáticas violaciones por parte de un gendarme, éste sigue en libertad, y meses atrás volvió a ultrajarla en su propio domicilio, a punta de pistola.
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Eliana Socorro Puca (23), una joven psicopedagoga que desempeñaba funciones en el colegio secundario de San Antonio de los Cobres, denunció que a pesar de haber sido víctima de una serie de sistemáticas violaciones por parte de un gendarme, éste sigue en libertad, y meses atrás volvió a ultrajarla en su propio domicilio, a punta de pistola.
La docente se presentó en El Tribuno y afirmó: “Prefiero que me señalen con el dedo a seguir siendo víctima de un atormentado funcionario público, que está a punto de desintegrar a mi familia”. Luego agregó: “Tuve que abandonar mi trabajo en el departamento Los Andes, por su inaceptable persecución y violencia hacia mi persona”.
Bajo el patrocinio letrado de Jorge Suárez Nelson, envió un escrito solicitando al juez de Instrucción Formal 8, Federico Diez, la inmediata detención del uniformado. “Ella teme que le quite la vida en cualquier momento”, enfatizó el letrado.
Puca relató que su desventura comenzó hace cinco años, cuando llegó al domicilio del gendarme Héctor Heraldo Cruz, quien es su cuñado, en San Antonio de los Cobres. “Yo tenía 17 años y fui a ayudar a mi hermana en las tareas domésticas. Allí me violó durante casi un mes, hasta que relaté los hechos a mi madre. Ella denunció el tema ante las autoridades de Gendarmería Nacional, quienes, a cambio de no enlodar la reputación de la fuerza, prometieron alejar de la provincia al cabo. Pero el traslado no se produjo”.
Posteriormente, Eliana Puca se trasladó desde la localidad andina hacia Rosario de Lerma, donde se recibió de psicopedagoga. “Durante todo ese tiempo -dijo-, recibía a menudo amenazas y, a la vez, promesas de amor a través de msm, pero siempre le resté importancia. En 2011, acepté trabajar en el colegio 5025 de San Antonio de los Cobres y a los pocos meses, Cruz se presentó en mi domicilio y a punta de pistola me volvió ultrajar, a pesar de que en la casa se encontraba un amigo personal, que ahora es testigo de la causa penal. Estoy aterrada, no puedo edificar mi vida, porque este sujeto me vigila y se encarga de demoler mis sueños a punta de pistola. Ya no sé a quién recurrir, por eso estoy aquí, doy la cara, acuso públicamente a este hombre de haber destruido prácticamente mi vida”, finalizó.