La crisis no da tregua en la eurozona y se metió de lleno en la campaña electoral francesa. En ese contexto el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que busca la reelección, detalló ayer su programa económico para los próximos cinco años y su apuesta es clara: aumentar la recaudación de impuestos para obtener unos 46.000 millones de euros más. Para ello, el mandatario requiere de los franceses un esfuerzo de 53.000 millones de euros, y ha dicho que el 75% de esa cantidad se obtendría de la contención en el gasto y el resto de nuevos ingresos fiscales.
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La crisis no da tregua en la eurozona y se metió de lleno en la campaña electoral francesa. En ese contexto el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que busca la reelección, detalló ayer su programa económico para los próximos cinco años y su apuesta es clara: aumentar la recaudación de impuestos para obtener unos 46.000 millones de euros más. Para ello, el mandatario requiere de los franceses un esfuerzo de 53.000 millones de euros, y ha dicho que el 75% de esa cantidad se obtendría de la contención en el gasto y el resto de nuevos ingresos fiscales.
A diecisiete días de las primarias, Sarkozy ha intentado en todo momento en su conferencia de prensa aparecer como el candidato del rigor y la seriedad. “Francia necesita ahorrar 41.000 millones de euros para sufragar sus deudas”, ha afirmado, pero el único recorte que mencionó fue la congelación de las aportaciones a la UE.
Mientras Europa habla de recortes y los sufre, los candidatos al Elíseo se han resistido en campaña a pronunciar esa palabra. En el caso de Sarkozy, utiliza como eslogan de campaña “La Francia fuerte”. Propone limitar la entrada de inmigrantes a la mitad y promete aprobar una Buy European Act contra los socios exteriores de la UE que no permiten a las empresas europeas acceder a sus mercados.
El presidente trata de distanciarse así de las recetas de sus adversarios para presentarse como el único candidato capaz de gestionar la economía y agita el fantasma de la crisis en España para fustigar a su principal rival, el socialista Fran‡ois Hollande.
Sarkozy evocó el caso de España para subrayar los riesgos a los que está expuesto su país. “España es un gran país arrastrado por una crisis de confianza” que se ha visto en la “incapacidad de cumplir con los compromisos asumidos” y por ello ha tenido que “reducir las jubilaciones y disminuir los salarios”.
“Siete años de gobierno socialista” tienen la culpa de la profunda crisis en España, ha señalado. Y añadió: “No hay un francés que desee la situación que han conocido los griegos y que ahora conoce España”.
Por eso anunció, entre otras medidas, que hará votar la “regla de oro” presupuestaria, recordando de paso que la oposición socialista es el único partido de Europa que “no se ha comprometido a hacerlo”. Y acto seguido Sarkozy cargó nuevamente contra Hollande, de quien dijo “propone un festival de gastos”, pero sin anunciar cómo va a costearlos.
El mandatario saliente anunció que pedirá congelar la contribución de Francia al presupuesto de la Unión Europea, para lograr una economía anual de 600 millones de euros. También propuso girar las jubilaciones el primer día del mes y no el 8, como se hace actualmente, lo que según él va a cambiar la vida de 15,5 millones de pensionados.
En la conferencia de prensa que pronunció, Sarkozy puso énfasis en que si es reelecto hará un particular hincapié en los ahorros y el control de los gastos. “Francia debe tener un presupuesto equilibrado en 2016”, apuntó.
El mandatario subrayó que la crisis ha mostrado, por primera vez, que un país puede verse abocado a la quiebra. “Mi proyecto tiene un cita: menos del 3% en 2013, el equilibrio en 2016”, y agregó que “gracias al valor de los franceses, nos hemos adelantado en el camino de la reducción de los déficits”.
Sarkozy anunció que dirigirá hoy por internet una “Carta a los franceses” para dar a conocer sus propuestas. En ella le habla francamente al ciudadano, con estilo directo, para tratar de recuperar la confianza de quienes lo votaron en 2007. En la misiva se habla de seguridad, de la situación de Europa, de inmigración. Sarkozy se despide pidiendo a los votantes que lo ayuden a construir “una Francia fuerte”.