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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Con la fuerza de un grande

Jueves, 17 de mayo de 2012 02:20

De principio a fin, River hizo suya la noche salteña. Con poco podría decirse que hizo mucho: le ganó claramente a San Lorenzo, por 2 a 0, le dio una tremenda alegría a los salteños y se metió entre los cuatro mejores de la Copa Argentina.
El equipo alternativo que presentó Almeyda hizo tan bien las cosas como la hubieran hecho su cuerpo de elite que se quedó en Buenos Aires. Para dejar en el camino al ciclón, le bastó con la picardía del Keko Villalva, unas cuantas pinceladas de su estrella Chori Domínguez, el despliegue del experimentado Ledesma y la contundencia de Funes Mori.
River cimentó una victoria justa, merecida, aunque sin estridencias, desde el primer minuto de juego. Se sintió dueño de la noche salteña apoyado por una multitud en el Martearena. Se erigió como protagonista, llevó a San Lorenzo a un plano netamente secundario aunque no pudo plasmarlo en el arco de Champagne durante la primera parte del juego.
 

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De principio a fin, River hizo suya la noche salteña. Con poco podría decirse que hizo mucho: le ganó claramente a San Lorenzo, por 2 a 0, le dio una tremenda alegría a los salteños y se metió entre los cuatro mejores de la Copa Argentina.
El equipo alternativo que presentó Almeyda hizo tan bien las cosas como la hubieran hecho su cuerpo de elite que se quedó en Buenos Aires. Para dejar en el camino al ciclón, le bastó con la picardía del Keko Villalva, unas cuantas pinceladas de su estrella Chori Domínguez, el despliegue del experimentado Ledesma y la contundencia de Funes Mori.
River cimentó una victoria justa, merecida, aunque sin estridencias, desde el primer minuto de juego. Se sintió dueño de la noche salteña apoyado por una multitud en el Martearena. Se erigió como protagonista, llevó a San Lorenzo a un plano netamente secundario aunque no pudo plasmarlo en el arco de Champagne durante la primera parte del juego.
 

Un par de intentos de Villalva, un remate del Chori y otro de Abecasis establecían la diferencia del millonario por sobre San Lorenzo. Pero al equipo de Almeyda le faltó mayor precisión en los metros finales. Ledesma y Domingo se encargaron de cortar el circuito del ciclón, pero Domínguez muy poca veces pudo conducir al equipo. Funes Mori no estaba del todo enchufado y solo Villalva asomaba como una amenaza.
Y de amenaza pasó a ser el verdugo del equipo de Caruso. El Keko abrió el complemento capturando un rebote, tras un forcejeo de Funes Mori, y cruzó su remate dejando estéril la salida de Champagne. River comenzaba a pensar en las semifinales.
 

San Lorenzo, que realmente hizo muy poco, tuvo una leve reacción. Un corte providencial de Pezella impidió lo que parecía una gran asistencia a Romeo; el ciclón iba con lo que podía, o con lo que tenía, pero Chávez se aceleró demasiado y Romeo se destacó por su ausencia con cuerpo presente. River pasó a probarse el traje de martillero y Villalva estuvo cerca de aumentar la ventaja con un sombrero fallido. Y tras una mal rechazo de Navarro, defensor del ciclón, que pegó en el travesaño, Funes Mori sacudió el arco de Champagne con un potente remate (y una perfecta habilitación del chico Vila). River pasaba a sentenciar la historia y marcar un nuevo partido en su calendario: la semifinal contra Racing, que también se jugará en Salta, el próximo mes. No sin antes dejar su grandeza impregnada en el Martearena.
 

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