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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Central Norte, eliminado por dos zapatazos

Jueves, 31 de mayo de 2012 01:03

Increíble. Central era el gran ganador de la serie. Ganaba una vez más como visitante con un tanto de Altamirano, tenía todo controlado pero terminó pecando por retroceder demasiado. Sportivo Belgrano se lo dio vuelta en cinco minutos, allá cerca del final del partido, y le marcó el final de su participación en el torneo.
No sirve hablar de merecimientos. Lo concreto es que Central hizo mucho hasta acá, más de lo imaginado, más de lo esperado y por esto hay pocas cosas que recriminar. Sportivo, que muy poco había hecho en casi todo el partido, terminó haciendo lo más importante, los dos goles, con fortuna, pero suficientes para dar vuelta el encuentro.
Increíble, porque Central se sintió cómodo de entrada, como en Sunchales o en Tucumán. Tomó la iniciativa, parecía el necesitado, mientras Sportivo hacía todo a media máquina, con demasiada pausa y como el equipo de Piozzi tampoco tenía apuro, la parsimonia se adueño del campo de juego. Sin embargo, Sportivo encontró algunos huecos en la defensa cuerva y tuvo sus chances.
Por su parte, Central, con orden y la convicción de siempre, fue vallando el mediocampo. Chávez le hizo una exitosa marca personal a Francia, el cerebro del rival; Ceballos de a ratos se encontraba con Caputo o con Manzano, Weiner se tiraba al piso, sintetizando la mística de un equipo luchador y solidario.
Ceballos desperdició una chance inmejorable, solo debajo del arco la tiró a las nubes. Es que las defensas de ambos, por momentos, mostraron fragilidad y el que supo aprovecharlo mejor fue el cuervo. Ceballos mandó un tiro libre al área, Manzano falló la mediachilena pero Altamirano la capturó por detrás y tiró a quemarropa. Central comenzaba a liquidar la serie en media hora de juego. Empezaba a dar otro paso importante en San Francisco y fue cerrando la etapa inicial con tranquilidad, aprovechando los primeros síntomas de nervios y ansiedad del local.
Sportivo salió a quemar su nave en el complemento. Arrinconó al cuervo con una mejor actitud, con reiterados centros pero sin precisión, sin ideas. Facilitó, en cierto modo, el trabajo de un equipo que reguló el esfuerzo físico, que con el correr de los minutos se fue sintiendo ganador y eso le jugó en contra. Tuvo otras chances, dos de Ceballos (a la segunda Ponce se la sacó debajo del travesaño) y luego vino lo peor. El final fue pura intriga para el cuervo. Barrionuevo marcó el empate a siete minutos del final y Sportivo fue por más. Central tuvo que ajustar las marcas y cuando quiso volver a concentrarse, Chanquía mandó un centro con destino de red, nadie despejó y fue gol. El estadio explotó y el cuervo quedó eliminado.
 

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Increíble. Central era el gran ganador de la serie. Ganaba una vez más como visitante con un tanto de Altamirano, tenía todo controlado pero terminó pecando por retroceder demasiado. Sportivo Belgrano se lo dio vuelta en cinco minutos, allá cerca del final del partido, y le marcó el final de su participación en el torneo.
No sirve hablar de merecimientos. Lo concreto es que Central hizo mucho hasta acá, más de lo imaginado, más de lo esperado y por esto hay pocas cosas que recriminar. Sportivo, que muy poco había hecho en casi todo el partido, terminó haciendo lo más importante, los dos goles, con fortuna, pero suficientes para dar vuelta el encuentro.
Increíble, porque Central se sintió cómodo de entrada, como en Sunchales o en Tucumán. Tomó la iniciativa, parecía el necesitado, mientras Sportivo hacía todo a media máquina, con demasiada pausa y como el equipo de Piozzi tampoco tenía apuro, la parsimonia se adueño del campo de juego. Sin embargo, Sportivo encontró algunos huecos en la defensa cuerva y tuvo sus chances.
Por su parte, Central, con orden y la convicción de siempre, fue vallando el mediocampo. Chávez le hizo una exitosa marca personal a Francia, el cerebro del rival; Ceballos de a ratos se encontraba con Caputo o con Manzano, Weiner se tiraba al piso, sintetizando la mística de un equipo luchador y solidario.
Ceballos desperdició una chance inmejorable, solo debajo del arco la tiró a las nubes. Es que las defensas de ambos, por momentos, mostraron fragilidad y el que supo aprovecharlo mejor fue el cuervo. Ceballos mandó un tiro libre al área, Manzano falló la mediachilena pero Altamirano la capturó por detrás y tiró a quemarropa. Central comenzaba a liquidar la serie en media hora de juego. Empezaba a dar otro paso importante en San Francisco y fue cerrando la etapa inicial con tranquilidad, aprovechando los primeros síntomas de nervios y ansiedad del local.
Sportivo salió a quemar su nave en el complemento. Arrinconó al cuervo con una mejor actitud, con reiterados centros pero sin precisión, sin ideas. Facilitó, en cierto modo, el trabajo de un equipo que reguló el esfuerzo físico, que con el correr de los minutos se fue sintiendo ganador y eso le jugó en contra. Tuvo otras chances, dos de Ceballos (a la segunda Ponce se la sacó debajo del travesaño) y luego vino lo peor. El final fue pura intriga para el cuervo. Barrionuevo marcó el empate a siete minutos del final y Sportivo fue por más. Central tuvo que ajustar las marcas y cuando quiso volver a concentrarse, Chanquía mandó un centro con destino de red, nadie despejó y fue gol. El estadio explotó y el cuervo quedó eliminado.
 

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