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17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Adiós a la particular voz que popularizó el blues en Argentina

Miércoles, 13 de junio de 2012 01:52

“Sin vos no puedo ver más que un montón de nada, y nada que son ruinas que me aplastan”.... “Un montón de nada” es junto a “La Bifurcada”, el tema con el que Adrián Otero popularizó al blues en Argentina. Más de dos décadas liderando Memphis La Blusera fueron suficientes para sacar del anonimato a un género musical ninguneado en nuestro país y abrirles puertas a muchos músicos también influenciados por este estilo.

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“Sin vos no puedo ver más que un montón de nada, y nada que son ruinas que me aplastan”.... “Un montón de nada” es junto a “La Bifurcada”, el tema con el que Adrián Otero popularizó al blues en Argentina. Más de dos décadas liderando Memphis La Blusera fueron suficientes para sacar del anonimato a un género musical ninguneado en nuestro país y abrirles puertas a muchos músicos también influenciados por este estilo.

A veces es difícil entender las paradojas del destino. Cuando Adrián Otero se encontraba atravesando un gran momento, a la espera de la salida del segundo álbum solista, su vida se apagó en un accidente automovilístico. Hoy, una vez más, el blues llora a uno de sus grandes exponentes, a un músico que se ganó el cariño y admiración de sus pares y a un hombre que superó sus propias adversidades.

El sueño de un nuevo disco

Todo estaba listo. Su carrera artística estaba preparada para tomar un nuevo rumbo, siempre de la mano del blues. El 1 de julio era el día elegido para el lanzamiento de su segundo disco, producido por su amigo, Oscar Mediavilla. Adrián Otero estaba feliz, tanto que cada vez que iba al estudio de grabación para volver a escucharlo no podía evitar emocionarse. Dicen que cuando un artista se va lo que queda de él es su legado, su obra de arte. Ahora, este nuevo disco -sumado a su extenso legado musical junto a Memphis y a su repertorio como cantante solista- inmortalizará a Adrián Otero.

Años bluseros

Hablar de Adrián Otero es necesariamente recordar a Memphis La Blusera, también integrada por Eduardo Annetta, en batería; Rubén Alfano, en guitarra; Fabián Prado, en teclados; Daniel Beiserman, en bajo; y Emilio Villanueva, en saxo. El barrio porteño de La Paternal fue el contexto que le dio origen e identidad a la banda que, pese a haberse formado en 1978, alcanzó popularidad en la década de los 90.

“Memphis fue un espaldarazo para el blues. Indirectamente ayudó a todos los músicos de blues a que la gente lo vea como un género más dentro de la música argentina”, sostiene el bajista Miguel Botafogo, compañero y amigo de Adrián Otero. El grupo, disuelto en 2008 tras el alejamiento de Otero para dedicarse a su carrera como solista y convertido en Viejos Lobos del Blues, nació a fines de la década de los 70 y en 1982 sacaron su primer álbum “Alma bajo la lluvia”, al que le sucedieron “Medias negras”, “Tonto rompecabezas” y “Memphis La Blusera”. Pero la masividad llegó con “Nunca tuve tanto blues” (Disco de Oro) y “Cosa de hombres”. Después siguieron, “Hoy es hoy”, “El acústico”, “Angelitos culones”, “Teatro Colón” y “25 aniversario”.

“Nosotros no buscábamos ni fama ni fortuna. Simplemente queríamos disfrutar de la música, salir de viaje, disfrutar del compañerismo, de tocar y de armar buenos shows, nada más. No importa si es en el Teatro Colón junto a la Orquesta Sinfónica o en una fiesta de inmigrantes en algún lugar del interior, lo importante para nosotros era tocar”, aseguró Otero en una entrevista.

Adiós a Memphis

En marzo de 2008, después de ser la cara más visible, voz principal del grupo y compartir innumerables éxitos, premios y reconocimientos, Adrián Otero decidió alejarse de la banda blusera.

En ese entonces Otero reconoció que unos meses antes había tenido una recaída en sus adicciones a la cocaína y al alcohol. “A Memphis le debo todo lo que soy, pero llegó un momento en que ya no me hacía feliz esa historia, porque era muy reiterativa. Sentí que estaba tocando fondo y para preservar la salud di un paso al costado. Y me encontré solo. No tenía a nadie. Las amistades que tenía estaban construidas a base de la adulación y la conveniencia. Falsas compañías”, aseguró el cantante en una entrevista con el diario El Tribuno años atrás.

“La salida a las adicciones se consigue despacito. No es que un día uno abre las persianas y entra el sol. No es así. Me ayudé yo mismo porque, frente a una adicción, el que toma la decisión es uno mismo”, agregó.

Poco tiempo después comenzó su trabajo como solista y editó “Imán”, que mostró a un Adrián Otero renovado y contento de haber dejado atrás la voracidad de la vida nocturna. Y seguramente su nuevo material mostrará a un artista feliz de haber elegido la música para su vida.

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