Arte que incomoda, que gusta o disgusta pero que de ninguna manera es indiferente a la mirada de quienes caminan por la vereda del Museo de Arte Contemporáneo. Algunos se detienen a observar y a tratar de entender el significado que tiene una cantidad de material descartable que poco a poco va tapando la vidriera bajo el nombre “Galería en ruinas”. Otros simplemente lo miran al pasar, pero a todos les llama la atención que un montón de basura sea parte de la galería visual del MAC. Sin embargo, todo tiene un sentido para su creadora, Josefina Carón. “Hospitalidad sin reservas” es el nombre de su propuesta, que incluye también a “Galería en ruinas”.
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Arte que incomoda, que gusta o disgusta pero que de ninguna manera es indiferente a la mirada de quienes caminan por la vereda del Museo de Arte Contemporáneo. Algunos se detienen a observar y a tratar de entender el significado que tiene una cantidad de material descartable que poco a poco va tapando la vidriera bajo el nombre “Galería en ruinas”. Otros simplemente lo miran al pasar, pero a todos les llama la atención que un montón de basura sea parte de la galería visual del MAC. Sin embargo, todo tiene un sentido para su creadora, Josefina Carón. “Hospitalidad sin reservas” es el nombre de su propuesta, que incluye también a “Galería en ruinas”.
Esta intervención forma parte del proyecto “5 intenciones y 1 defecto”, coordinado por la artista y realizadora Soledad Dahbar, que plantea cinco muestras consecutivas, una cada dos meses, llevadas a cabo por cinco artistas durante este año. El primero en exponer fue Javier Soria Vázquez, ahora es el turno de Josefina Carón y continuarán Ivana Salfity, Alejandro Gallo Bermúdez y Daniel Elías. Cada exposición se realiza en un espacio público y paralelamente en el MAC.
Basura en movimiento
Josefina Carón explica que de “Hospitalidad sin reservas” se pueden abstraer dos elementos. Por un lado, el nombre “Galería en ruinas”, con el que bautizó a una habitación abandonada que se encuentra junto al mercado municipal de Cafayate y donde colocó algunas obras que a medida que eran colgadas iban desapareciendo. Por otro lado el mismo hecho de arrojar basura en un lugar público.
“En un primer momento pensé en llenar la vidriera del MAC con imágenes que tomé de las obras que colgué en Cafayate pero después pensé que no porque esas obras ya no están ahí, se fueron, se las llevaron y están circulando en algún lugar del pueblo”, detalla la expositora. Entonces, pensó en la idea de basura y su significado. “El objeto "basura' es sorprendente porque un lugar que genera residuos muestra que hay actividad dentro de él. En el caso de un museo, la basura puede venir de una intervención que se expuso alguna vez y que el artista no se llevó hasta los residuos de la comida que consumen los empleados que trabajan en él”, agrega Josefina.
Cada obra dentro de “5 intenciones y 1 defecto” involucra diversas disciplinas: acción, performance, intervención, video, fotografía, dibujo, texto, sonido, etc.; es decir, cualquier materia inmaterial que sirva para develar el tema que cada una ocupe y generar un espacio de reflexión tanto en los expositores como en el público que se detiene a observarlas.