Un grupo de vecinos de barrio Libertad, indignados y enfurecidos por la comercialización ilimitada de drogas, tomó la iniciativa de quemar una vivienda, donde según ellos se realizaba este tipo de ventas, sin solución de continuidad.
inicia sesión o regístrate.
Un grupo de vecinos de barrio Libertad, indignados y enfurecidos por la comercialización ilimitada de drogas, tomó la iniciativa de quemar una vivienda, donde según ellos se realizaba este tipo de ventas, sin solución de continuidad.
Una veintena de vecinos cansados de la inseguridad entraron por la fuerza a un domicilio, donde se sabía que sus habitantes se dedicaban a la venta de todo tipo de sustancias prohibidas.
Los indignados residentes de la zona, semanas antes habían dado cuenta de la situación a las autoridades de la Policía, de la división local de Drogas Peligrosas, y de la Justicia Federal, pero no hubo respuestas.
Por tal razón y ante el silencio de los organismos competentes en el combate de este tipo de flagelos, decidieron proceder por su cuenta e irrumpieron en la vivienda sospechosa y, al mismo tiempo, llamaron al sistema de emergencias 911, cuyos efectivos llegaron cuando la batahola era total.
José Armella un vecino del barrio Caballito, quien también participó de este inédito copamiento vecinal, dijo que el 911 logró incautar armas, droga, dinero, celulares y otros elementos en la casa de los dealers. Consciente de la ilegalidad de la protesta, dijo a los medios locales que “se trató de una reacción desesperada ante la falta de seguridad que existe en la ciudad de Orán por inoperancia de los responsables de darle protección a la ciudadanía”.
“Al parecer no hay otra forma de actuar; si la policía no se hace cargo, los vecinos lo haremos porque estamos indignados. Nuestros hijos mueren por el consumo del paco, y nadie hace nada”, señaló Armella.
El hecho ocurrió sobre calle Las Paltas y la vivienda cuestionada no se consumió en llamas solo porque la policía llegó en el momento preciso y los efectivos lograron calmar y controlar la situación.
Tras esto se realizó un procedimiento en el domicilio, y, efectivamente, encontraron marihuana y rastros de otras sustancias; los efectivos policiales procedieron al secuestro de la droga y de un arma de fuego.
Los vecinos actuaron intentando hacer justicia por mano propia y a raíz de esto quedó detenido un joven de 22 años, quien sería el que comercializaba la droga desde el domicilio atacado.
La lucha
Por otra parte, el cura católico Rubén Gutiérrez, párroco de Hipólito Yrigoyen y representante de la Pastoral Social de Orán, quien viene participando activamente en las “marchas por la vida” , dijo que “el 75 por ciento de los jóvenes de la zona que han participado de un retiro espiritual son adictos”. El sacerdote puntualizó, a modo de ejemplo, que “he caminado mucho Salta y esta diócesis de dos fronteras internacionales se ha convertido en una zona roja y durante mi estadía en Hipólito Yrigoyen luchar contra la droga es luchar contra un gigante y no podemos solos”.
Gutiérrez señaló que “el problema también se presenta en los hogares de clase media y alta, y aunque allí se hacen los distraídos”, y agregó que “el primer paso es tomar conciencia y salir a la calle y decirle basta a los vendedores de muerte que andan con lujosos autos”.
El cura Gutiérrez es uno de los promotores de las “marchas por la vida”, manifestación social que busca crear conciencia ciudadana sobre lo que es el flagelo de las drogas y lo que significa en el futuro de los chicos. Este movimiento social está presente ya en casi todas las ciudades y pueblos del departamento de Orán.
“No a la despenalización”
El cura párraco de Hipólito Yrigoyen, Rubén Gutiérrez, que lucha desesperadamente con lo que esté a su alcance para evitar el avance del paco y otras drogas en el hábito de la juventud del norte salteño, fue interrogado sobre el proyecto de despenalización de la marihuana, que ya hizo punta en la República Oriental del Uruguay. “Me pone en un aprieto”, dijo el sacerdote, aunque luego de un suspiro dio su opinión sobre este polémico asunto: “Como cura que trabaja en el terreno concreto me da la sensación que no es una ley que nos pueda brindar ayuda como sociedad”, señaló.
Luego agregó: “Entiendo el espíritu de la ley, porque en las circunstancias actuales se termina penalizando a los adictos; pero, en líneas generales, no creo que la permisividad del consumo despenalizado de drogas pueda conducirnos a una sociedad mejor”, puntualizó el sacerdote, quien ya se ha ganado un espacio como referente en el departamento de Orán.
“Todo lo que suene como a norma o ley hace parecer bien lo que está
mal. Pero la realidad es que un ordenamiento legal de esa naturaleza no haría ninguna gauchada a nuestro país en general y a esta zona en lo particular, donde el problema del consumo es gravísimo”, indicó el cura.
Por otra parte, cabe destacar que fuentes judiciales informaron que la Justicia Federal maneja denuncias por más de 300 bocas de expendio en la ciudad de Orán, Hipólito Yrigoyen, Embarcación, Colonia Santa Rosa y Pichanal, sin contar con el tránsito permanente de dealers.