¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Misterio para algunos y certeza para otros

Sabado, 28 de julio de 2012 22:23
¿Dónde? Nunca se encontró el más mínimo rastro de ellos. Y el hidroavión enviado al rescate desapareció el mismo día.
Hipótesis. Los investigadores consideran que todo fue un error humano de Taylor, seguido de una cadena de hechos trágicos.

Lo que en un principio era un vuelo más de entrenamiento, se transformó en una tragedia que todavía no ha podido ser esclarecida.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
¿Dónde? Nunca se encontró el más mínimo rastro de ellos. Y el hidroavión enviado al rescate desapareció el mismo día.
Hipótesis. Los investigadores consideran que todo fue un error humano de Taylor, seguido de una cadena de hechos trágicos.

Lo que en un principio era un vuelo más de entrenamiento, se transformó en una tragedia que todavía no ha podido ser esclarecida.

Los aviones desaparecieron luego de que sus pilotos mostraran desorientación, fallas en los instrumentos y cruzar inquietantes y desesperados mensajes con la torre de control y entre sí.

Se puede comprender que los instrumentos de vuelo de Taylor no hubieran funcionado, a pesar de que todos eran revisados minuciosamente antes de cada práctica, pero lo que se transforma en imposible es que los aparatos de todas las demás naves, fallaran simultáneamente.

Desde la base de Fort Lauderdale decidieron enviar de inmediato al hidroavión Martin Mariner, experto en este tipo de búsqueda. El Martin Mariner logró contactarse con el Vuelo 19 y les pidió las coordenadas para hacer contacto visual con ellos, pero la respuesta que recibió y que también fue escuchada en la torre fue cortante e inquietante: “No nos sigan”. Después de esto no hubo más contacto. Sin embargo, el rescatista continuó la búsqueda siempre en contacto radial con la torre, hasta que en un determinado momento no se supo más de su destino.

El hecho fue informado al presidente de la Nación, Harry Truman, quien dispuso un operativo de rastrillaje de gran envergadura a los fines de dar con los aviones. Esta fue la mayor búsqueda realizada en los Estados Unidos y también la más infructuosa ya que no encontraron absolutamente nada. Todo había desaparecido.

La otra historia

Ese no fue el único hecho de desaparición de aviones, también las hubo de embarcaciones que nunca fueron ubicadas o que se encontraron en condiciones sumamente extrañas. Esto incrementó lo que se llama popularmente “la maldición del Triángulo de las Bermudas”.

Más de 50 naves y 20 aviones se han perdido sin dejar rastro en esa área particular del océano Atlántico, (la zona tiene forma de un triángulo equilátero de unos 1.600 o 1.700 kilómetros cuadrados, situada entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale). Algunas de estas desapariciones pueden explicarse, mientras que la mayoría, no.

El tema continúa siendo controvertido y de permanente debate entre creyentes y escépticos.

De hecho, por ejemplo, el caso del hidroavión Martin Mariner tenía muy mala fama entre los pilotos debido a que sus tanques con combustibles eran muy inestables y, por lo que se pudo recabar después, entre los tripulantes de algunas embarcaciones que transitaban la zona en ese momento que habían visto un destello que podría corresponder a una explosión.

Cadena de tragedias

Sin embargo, en todo este misterio, hay algunas cosas a tener en cuenta. Mucho se ha dicho que cuando salieron de la base aérea el día estaba soleado, tranquilo y con pronóstico de buen tiempo, pero, en realidad, ese día se desató una tormenta que coincidió con la última comunicación por radio del teniente Taylor.

Si bien el aviador era un veterano de guerra, no tenía experiencia en la zona y desconocía los cambios abruptos en el clima.

Por otro lado, las fallas en su instrumental pueden haber ocurrido, pero algunos científicos sostienen que la desesperación de Taylor hizo que no tuviera confianza en lo que leía y fuera dominado por el pánico, algo poco creíble en un veterano de la II Guerra Mundial.

Incluso, se supone que nunca dejaron de avistar tierra. Pero creen que la desesperación y el miedo se contagió entre ellos y se alejaron de la ruta preestablecida. Es probable que no todos hayan vivido lo mismo que Taylor, pero decidieron obedecer y seguir al instructor, algo que tampoco cierra en hombres con experiencia bélica.

También se conoció que no era la primera vez que Taylor había vivido una experiencia traumática parecida, pero no se dio a conocer por respeto a la familia. Esto último también es extraño. Nadie puede creer que las autoridades militares confiaran la vida de principiantes a una persona inestable. Lo cierto es que es muy probable que se hallan alejado demasiado de las costas, océano adentro, con lo que el área de búsqueda se haya hecho imposible de rastrear por su extensión. Esto explicaría por qué no han sido encontrados todavía, ya que muy pocas búsquedas se han concentrado en las inmensas áreas abiertas del océano.

La posición oficial de la Armada estadounidense sobre el incidente no refleja ningún misterio relacionado a lo que le pasó al Vuelo 19. Al contrario, describen el hecho y recargan la responsabilidad de un accidente jamás comprobado en el teniente Charles Taylor.

Para los investigadores, lo único que falta en este rompecabezas es definir dónde se estrelló la flotilla.

Pero, para el mundo, hay una pregunta sin respuesta: ¿qué diablos pasa en el maldito Triángulo de las Bermudas?

Temas de la nota

PUBLICIDAD