Testigos. La parte más alta del cementerio se comunica a través de una senda con el barrio Jardín, por lo que sus calles internas siempre están transitadas.
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Testigos. La parte más alta del cementerio se comunica a través de una senda con el barrio Jardín, por lo que sus calles internas siempre están transitadas.
Fuente policiales aseguraron ayer que los restos de un bebé nonato abandonados cerca de una fosa común del cementerio municipal San Antonio de Padua, presentaban una serie de deformaciones genéticas, motivo por el cual los restos quedaron conservados en frío para ulteriores estudios y no se le practicó autopsia.
En tanto, fuentes de la comisaría 4 que actuó en el macabro hallazgo, confirmaron que las primeras pericias indicaron que los restos hallados corresponden a un feto de unos cinco a seis meses de gestación, de sexo masculino, que presentaba una serie de deformaciones aunque no trascendió de qué tipo.
Sin embargo, la misma fuente deslizó que las anormalidades podrían haber sido la causa del supuesto aborto practicado al parecer por un profesional, ya que el cuerpo se hallaba completo, sin presentar signos de violencia “como si hubiera sido extraído prolijamente”, dijo.
El portavoz deslizó que al parecer no se hallaron otros restos propios de un trabajo de parto, salvo una manta manchada con sangre.
Anoche, se informó extraoficialmente que el jueza del caso, Germán Antonio Pastrana, ordenó que las actuaciones fueran giradas hacia la Brigada de Investigaciones, cuyos efectivos ya estarían cruzando informaciones con centros de salud de la zona este, de donde se presume tiene origen la madre de la malograda criatura.
Además, se están llevando a cabo averiguaciones acerca de una posible clínica clandestina.
El hallazgo del feto se produjo la tarde del martes 20, cerca de las 17, cuando una pareja joven y una mujer mayor, fueron vistos merodeando el sector más humilde del cementerio municipal, portando la caja en la que posteriormente se descubrieron los restos humanos.
Testigos aseguraron a El Tribuno que estas tres personas, muy bien vestidas, estuvieron por espacio de más de una hora merodeando el lugar, que se hallaba poblado de gente humilde visitando a sus familiares fallecidos. Por ello y al no poder arrojar la caja a una fosa común excavada un par de días antes, habrían optado por dejar la caja entre las cruces del camposanto, donde minutos después fue hallada por una mujer, quien al abrir el envoltorio se dio con la infausta sorpresa y minutos después convocó telefónicamente a la policía.
En la escena de los hechos, se produjeron cosas extrañas: casi al instante se hicieron presentes policías y miembros de la División Criminalística, pero luego fueron virtualmente expulsados del lugar, por una funcionaria del Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF).