Alex Droppelmann, un psicólogo clínico y psicoanalista chileno, se refirió al caso que sigue siendo tema de análisis por lo incomprensible.
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Alex Droppelmann, un psicólogo clínico y psicoanalista chileno, se refirió al caso que sigue siendo tema de análisis por lo incomprensible.
“La paradoja de esta historia -dijo- es que él es pediatra y mata a unos niños. Es muy fuerte que, teniendo una profesión destinada a salvar vidas de menores, termine matando a sus propios hijos”. Y agrega: “Es importante consignar que este sujeto de 50 años no puede haber enloquecido a esa edad”. Droppelmann sostiene que “cuando una persona estructuralmente es psicótico, loco, esquizofrénico, paranoico, etc, la estructura se desata mucho más tempranamente. Nadie se descubre que es psicótico a los 50 años, salvo que exista una afección orgánica como un tumor cerebral o algo especial que haya ocurrido o, en su defecto, que algún efecto externo gatille lo que nosotros llamamos una psicosis reactiva (...) Esta persona enloqueció repentinamente y generó este terrible crimen y posteriormente se suicidó para no afrontar su responsabilidad social ni jurídica”, sostuvo el especialista. Según su opinión, “las hipótesis por las cuales puede haber enloquecido nos pueden referir al mito de Nevea (que no es un síndrome psiquiátrico), que nos permite explicar que, ante la humillación de su pareja, el afectado lo que hace es matar lo más preciado que tiene la causante de sus desdichas: sus hijos. Ramírez le quitó a su mujer lo más preciado, después de regalarle un anillo”.
¿León o cordero?
La familia Ramírez-Merchak es muy conocida en la zona ya que el padre de la mujer fue intendente. Las versiones sobre el carácter del médico son variadas. Para algunos, era violento. Para otros, al revés.