¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
26 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El peso, centavo a centavo, se devaluó 170% en nueve años

Sabado, 01 de septiembre de 2012 23:42

La cotización del dólar en la Argentina es una inversión que está sujeta a reajuste permanente. Si tomamos los últimos nueve años (la salida de la crisis), la moneda estadounidense hizo perder 170% de su valor al peso argentino. Es una cifra importante, a pesar de que el Banco Central mantiene un cepo al billete verde y genera una “devaluación gradual”. Esa pérdida del valor del peso frente al dólar, significó por año una devaluación promedio de 18%. Está demostrado entonces que el dólar no está “planchado”. Es una variable con férreo control de cambio para viajeros al extranjero, remesas de utilidades empresarias al exterior, compras en otros países, importaciones y, en fin, para las ilusiones de los mismos ahorristas que apuestan al dólar. Si un comprador en enero de 2003 adquirió dólares por valor de $10.000 argentinos, ganó mucho menos que haber invertido en la Bolsa y en plazo fijo. En los últimos nueve años, la Bolsa dio una ganancia de 430% (47% promedio por año) y el plazo fijo 214% ( 23% por año). Es decir, el que dolarizó $10.000 ganó hoy cerca de $13.000 que cambiados en el mercado marginal del dólar, se hicieron $17.000. Si los ahorraba en acciones bursátiles, habría obtenido $ 43.000 y en plazo fijo $ 21.400. El dólar le hizo perder $26.000 por no haberlo invertido en la Bolsa y, $ 4.400 al no depositarlo en plazo fijo. No ganó en ese tiempo en que apostó al dólar. Esta comparación muestra al peso argentino devaluado sin prisa y sin pausa, a un promedio de 1,37 centavos por semana. Ya nadie parece asustarse por esa devaluación, sino que hasta le parece poco, si se tiene en cuenta el atraso cambiario acumulado en manos de la inflación. Cada devaluación hace perder poder adquisitivo al salario. Y la entrada en escena del dólar marginal cambió las expectativas sobre la evolución del tipo de cambio y se instaló como valor de referencia para particulares y empresas, con trabas cambiarias mediante. Hay coincidencia respecto de que el dólar se ubicará en torno de los $5 para fin de año.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La cotización del dólar en la Argentina es una inversión que está sujeta a reajuste permanente. Si tomamos los últimos nueve años (la salida de la crisis), la moneda estadounidense hizo perder 170% de su valor al peso argentino. Es una cifra importante, a pesar de que el Banco Central mantiene un cepo al billete verde y genera una “devaluación gradual”. Esa pérdida del valor del peso frente al dólar, significó por año una devaluación promedio de 18%. Está demostrado entonces que el dólar no está “planchado”. Es una variable con férreo control de cambio para viajeros al extranjero, remesas de utilidades empresarias al exterior, compras en otros países, importaciones y, en fin, para las ilusiones de los mismos ahorristas que apuestan al dólar. Si un comprador en enero de 2003 adquirió dólares por valor de $10.000 argentinos, ganó mucho menos que haber invertido en la Bolsa y en plazo fijo. En los últimos nueve años, la Bolsa dio una ganancia de 430% (47% promedio por año) y el plazo fijo 214% ( 23% por año). Es decir, el que dolarizó $10.000 ganó hoy cerca de $13.000 que cambiados en el mercado marginal del dólar, se hicieron $17.000. Si los ahorraba en acciones bursátiles, habría obtenido $ 43.000 y en plazo fijo $ 21.400. El dólar le hizo perder $26.000 por no haberlo invertido en la Bolsa y, $ 4.400 al no depositarlo en plazo fijo. No ganó en ese tiempo en que apostó al dólar. Esta comparación muestra al peso argentino devaluado sin prisa y sin pausa, a un promedio de 1,37 centavos por semana. Ya nadie parece asustarse por esa devaluación, sino que hasta le parece poco, si se tiene en cuenta el atraso cambiario acumulado en manos de la inflación. Cada devaluación hace perder poder adquisitivo al salario. Y la entrada en escena del dólar marginal cambió las expectativas sobre la evolución del tipo de cambio y se instaló como valor de referencia para particulares y empresas, con trabas cambiarias mediante. Hay coincidencia respecto de que el dólar se ubicará en torno de los $5 para fin de año.

Desde la consultora Ledesma atribuyen la nueva velocidad del billete verde oficial a una mayor necesidad compradora del Banco Central, justo en el momento en que hay menor liquidación de divisas por parte de los productores agropecuarios. Por su parte, la titular del Central, Mercedes Marcó del Pont explicó que el Gobierno contaba con tres alternativas: devaluar, endeudarse en el corto plazo o “ regular una partecita del funcionamiento del mercado de cambios ”. Y claro que reguló y es difícil ahora atesorar dólares.

 Debutó el “dólar Ezeiza”, fruto de la “digitología”

Un turista extranjero que aterriza en Ezeiza recibirá $ 3,70 por cada dólar que entrega al cambista que vende la moneda argentina. Así debutó -inesperadamente- un billete verde: el “dólar Ezeiza”. La otra cotización es 70% menos que en calle Florida, calle que si Woody Allen filma en Buenos Aires, pondrá en especial foco para su lente romántica. Pero ese turista debe estar informado de la cantidad de ofertas de cotizaciones que aparecerán a su paso en la ciudad del tango. Una pizarra es la del dólar paralelo que se vende a $ 6,30. Otra, por ejemplo, es la de un banco donde figurará el precio oficial de $ 4,64. Aquí los extranjeros pueden aprender matemática financiera aplicada al técnico “tipo de cambio múltiple”. Es el país donde el peso se mide en dólares distintos. Aquí ninguno lo enseñó pero todos lo saben: siempre debe existir una “devaluación competitiva” frente a la inflación constante. Nadie pierde dinero y crea su propio tipo de cambio con la rentabilidad deseada, según la codicia de la calculadora. Además, deprecia la moneda con ese palpitar del mercado, que no es justamente la devaluación controlada del Central. El extranjero observará que los economistas pierden de enseñar a sus alumnos el tipo de cambio nacional como una “diarquía”, o sea el gobierno monetario con dos autoridades: la del Central y otra con mecanismo del mercado, que no necesariamente comparten valores, sino por el contrario, devalúa cada una por vía de la “digitología” (el método de los índices numéricos). Ese turista es para la compasión financiera.

 El Central acelera

Hay una inmensa brecha entre el dólar oficial y el marginal. En un intento por reducir esa diferencia, el Central está tratando de acelerar el cansino ritmo devaluatorio que venía llevando en los últimos meses y buscará emparejar, al menos, un dólar y otro. Y esos centavitos mensuales que aumentaba el billete verde desde noviembre pasado se convertirían en unos “cinco centavitos por mes”, anticipan analistas de la City. Ellos están dedicados ahora a la próxima “distopía” que la AFIP hará con el cepo al dólar. Distopía, palabra inventada en el siglo XIX por el filósofo John Stuart Mill, significa que en un futuro cercano existiría una sociedad llena de controles que se alejará de los ideales de libertad.

 Las variables

El inversor en acciones bursátiles ganó 430% en nueve años, el del plazo fijo 214% y el del dólar 170%.

La City es un hervidero de rumores y se especula en algunos bancos extranjeros que el billete verde, en 2013, costará los $ 7.

Los bonos en dólares suben 40% y le ganan a la inflación ya que esos títulos tienen demanda por el cepo cambiario.

El Presupuesto 2012, hecho con una inflación de 9,2 %, hizo calcular el dólar a un valor de $ 4,40, ya superado en la realidad.

PUBLICIDAD