La expectativa de los hinchas por disfrutar un superclásico distinto, con la vuelta al ruedo de Ramón Díaz y Carlos Bianchi, hizo que en pocas horas no quede ninguna platea para el gran duelo de mañana en Mar del Plata.
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La expectativa de los hinchas por disfrutar un superclásico distinto, con la vuelta al ruedo de Ramón Díaz y Carlos Bianchi, hizo que en pocas horas no quede ninguna platea para el gran duelo de mañana en Mar del Plata.
Simpatizantes de Boca y River, que hicieron ayer filas de hasta 15 cuadras durante largas horas, agotaron las plateas, que oscilaban entre los 220 a 280 pesos, para el superclásico, dejando a muchísima gente con las manos vacías y masticando bronca contra los organizadores.
El expendio de los tickets, que contó con custodia de la Policía Bonaerense para evitar incidentes, comenzó ayer alrededor de las 10. Mientras los hinchas pugnaban por tener su boleto, se anunció alrededor de las 17.40 que se habían agotado todas las entradas, generando un malestar general en aquellos que aún esperaban en la fila.
El titular de la organización de los partidos de verano, Albino Valentini, salió a anunciar luego que se decidió televisar el partido también para Mar del Plata, con el objetivo también de atenuar el malestar de las personas que se quedaron sin una entrada.
“En 35 años que organizamos los torneos de verano, nunca vimos tanta gente para comprar una entrada para el superclásico. Esto superó todos los cálculos. Se vendieron 30.000 entradas generales y todas las plateas en pocas horas”, evaluó Valentini.
Según indicaron los organizadores, las expectativas generadas en torno a este partido superó ampliamente a la de años anteriores y eso lo atribuyen al condimento extra que le ponen la vuelta de los entrenadores simbólicos para cada equipo: Bianchi en Boca y Díaz en River.
De esta manera, el primero de los tres superclásicos de verano presentará un estadio colmado, a la espera que el espectáculo esté a la altura de la gran convocatoria.
Por otra parte, un numeroso grupo de hinchas de River Plate realizó ayer un “banderazo” en la concentración del plantel millonario, como muestra de apoyo para el choque con Boca. Con camisetas, banderas, redoblantes y cánticos tradicionales, los simpatizantes se hicieron sentir. Los hinchas de la banda roja también habían realizado una movida similar cuando el conjunto del Pelado Díaz llegó a Tandil para iniciar sus trabajos de pretemporada.
“Sería un sueño hacerle un gol a River”
Lleva la pesada mochila de ser el reemplazante de Juan Román Riquelme pero se tiene fe y confía en sus condiciones. Leandro Paredes, juvenil promesa xeneize, sueña con hacer un gol en el superclásico. “Es un partido especial, soy hincha de Boca por eso sería un sueño hacerle un gol a River en mi primer superclásico”, indicó el mediocampista que jugará con la casaca número 10. “En las divisiones inferiores siempre me fue muy bien jugando contra River”, indicó Paredes. Sobre la posibilidad de debutar mañana como titular, comentó: “No quiero perderla, tengo que ganarme el puesto, aunque estos partidos no dejan de ser amistosos y nuestro objetivo es empezar con todo ante Quilmes. Me siento cómodo jugando como enganche, contento de poder mostrarme y con la responsabilidad asumida de jugar en Boca”, agregó Paredes, que será el encargado de manejar las pelotas paradas en el equipo de Carlos Bianchi junto a Walter Erviti.
Por otro lado, el delantero Lautaro Acosta, que estará en la ofensiva, junto a Santiago Silva, opinó: “Es un partido que todos quieren jugar, voy a tratar de aprovechar mi velocidad pero también quiero amigarme con el gol, ahora que vuelvo a ser titular''.
MAURO DIAZ
“Esta es mi última oportunidad”
Consciente de que tiene que aprovechar al máximo los minutos en cancha que le da Ramón Díaz, el enganche Mauro Díaz se jugará gran parte de su futuro ante Boca. “Sé que este semestre es mi última oportunidad. Es que me quedan solo seis meses de contrato y todavía los dirigentes no me hablaron de renovar. Tengo que explotar sí o sí”, confesó Díaz, quien regresó de un préstamo en Unión Española de Chile. “Estoy confiado porque la llegada de Ramón me motivó. Fue el único que me hizo jugar hasta ahora en mi puesto natural. Yo soy enganche, pero los demás entrenadores me hacían jugar como mediocampista por la izquierda. Por eso nunca rendí”, dijo.
Negocio redondo
El superclásico de verano que se jugará mañana es negocio en la web, donde se paga hasta $ 1.000 por una entrada. Las plateas son las más caras y triplican su valor oficial ($280). Llama la atención la gran disponibilidad de tickets que ofrecen algunos sitios de internet, donde aseguran contar con un stock de hasta 30 unidades.