Con la mezquindad típica de los superclásicos, Boca y River no mostraron nada distinto en el primer superclásico del verano. Pero el millonario, que fue de menor a mayor, explotó en el segundo tiempo y se quedó con absoluta justicia con la victoria gracias a la contundencia de Rodrigo Mora.
El partido fue muy parejo y con una expectativa inusitada en las tribunas que se trasladó a la cancha. Boca empezó mostrando un juego más amalgamado que River; algunas apariciones de Leandro Paredes, las crecidas de Franco Sosa por derecha y la movilidad del uruguayo Santiago Silva y Lautaro Acosta le permitieron a los de Carlos Bianchi rendir un poco más que su rival en los primeros 20 minutos.
El equipo de Ramón Díaz se paraba bien para jugar de contraataque y en el medio era conducido con idoneidad por Leo Ponzio.
A los 25m Boca tuvo la primera jugada de peligro. Paredes habilitó a Silva en cortada dentro del área grande y el uruguayo remató pero Marcelo Barovero tapó con un manotazo y terminó de despejar Gabriel Mercado.
River contestó con un desborde de Jonathan Bottinelli que no alcanzó a conectar Mora.
Pero la más clara del PT la tuvo el millonario, cuando Ponzio habilitó a Rogelio Funes Mori, quien demoró en acomodarse, pero igual definió y obligó a Guillermo Burdisso a poner un pie para desviar la pelota al córner.
A los 40 minutos el árbitro Pablo Lunati se vio obligado a suspender momentáneamente el cotejo debido a cánticos discriminatorios a los que recurrió la parcialidad riverplatense.
Cuando se reanudó el juego desbordó Leonel Vangioni, la figura de River, y Boca fue salvado por Walter Erviti con un cruce milagroso.
La segunda parte fue absolutamente favorable para el elenco del riojano Díaz, en el que se destacó la seguridad que afreció en el fondo el paraguayo Adalberto Román, la presencia de Ponzio en el medio, las trepadas de Vangioni por la banda izquierda, el enlace creativo de Mauro Díaz y la contundencia de Mora en los últimos metros.
Mora se ocupó finalmente de demostrar en la red que River en la noche marplatense fue el mejor de los dos gigantes del fútbol argentino y dejó al archirrival masticando bron ca.
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Con la mezquindad típica de los superclásicos, Boca y River no mostraron nada distinto en el primer superclásico del verano. Pero el millonario, que fue de menor a mayor, explotó en el segundo tiempo y se quedó con absoluta justicia con la victoria gracias a la contundencia de Rodrigo Mora.
El partido fue muy parejo y con una expectativa inusitada en las tribunas que se trasladó a la cancha. Boca empezó mostrando un juego más amalgamado que River; algunas apariciones de Leandro Paredes, las crecidas de Franco Sosa por derecha y la movilidad del uruguayo Santiago Silva y Lautaro Acosta le permitieron a los de Carlos Bianchi rendir un poco más que su rival en los primeros 20 minutos.
El equipo de Ramón Díaz se paraba bien para jugar de contraataque y en el medio era conducido con idoneidad por Leo Ponzio.
A los 25m Boca tuvo la primera jugada de peligro. Paredes habilitó a Silva en cortada dentro del área grande y el uruguayo remató pero Marcelo Barovero tapó con un manotazo y terminó de despejar Gabriel Mercado.
River contestó con un desborde de Jonathan Bottinelli que no alcanzó a conectar Mora.
Pero la más clara del PT la tuvo el millonario, cuando Ponzio habilitó a Rogelio Funes Mori, quien demoró en acomodarse, pero igual definió y obligó a Guillermo Burdisso a poner un pie para desviar la pelota al córner.
A los 40 minutos el árbitro Pablo Lunati se vio obligado a suspender momentáneamente el cotejo debido a cánticos discriminatorios a los que recurrió la parcialidad riverplatense.
Cuando se reanudó el juego desbordó Leonel Vangioni, la figura de River, y Boca fue salvado por Walter Erviti con un cruce milagroso.
La segunda parte fue absolutamente favorable para el elenco del riojano Díaz, en el que se destacó la seguridad que afreció en el fondo el paraguayo Adalberto Román, la presencia de Ponzio en el medio, las trepadas de Vangioni por la banda izquierda, el enlace creativo de Mauro Díaz y la contundencia de Mora en los últimos metros.
Mora se ocupó finalmente de demostrar en la red que River en la noche marplatense fue el mejor de los dos gigantes del fútbol argentino y dejó al archirrival masticando bron ca.
Ramón: “Podemos dar mucho más”
Ramón Angel Díaz tuvo un regreso con gloria en cuanto a superclásicos se refiere. Su equipo cambia de a poco su fisonomía, lo respalda y quiere ser protagonista. El entrenador millonario reconoció tras la clara victoria ante Boca que ganaron “un partido. Todavía hay mucho para trabajar. A la gente de River le demostramos cómo queremos jugar. El grupo está muy bien, me lo viene demostrando desde que llegué. A los dos todavía nos falta y eso se notó, pero la intención fue tratar de jugar. Fue un linda satisfacción para el grupo. Durante la semana hablamos de que tenemos dos volantes por afuera muy rápidos. Todo lo que se planificó, salió. Dimos una demostración de lo que podemos hacer”, señaló el técnico riojano, quien luego bajó los decibeles a la euforia.
“Todavía podemos dar mucho más, esto recién es el comienzo. Tenemos que recuperar jugadores importantes que tienen un buen nivel. Acá están dando todo por esta camiseta, le demostramos a la gente que queremos ser protagonistas. Todavía tenemos que crecer como grupo, en eso estoy mentalizando al plantel”.