“Tu madre es una santa”, se dice a menudo cuando se quiere elogiar a una mamá por su “aguante” o por todo lo que ellas hacen por sus hijos. Y ese calificativo le cabe perfectamente a Victoria Romero, más conocida como “doña Argentina” o simplemente “la mami”, quien vivió un Día de la Madre muy especial en el lugar que ya se convirtió en su casa: el Centro Juventud Antoniana, cuyo equipo ayer le regaló un triunfo luego de varias fechas.
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“Tu madre es una santa”, se dice a menudo cuando se quiere elogiar a una mamá por su “aguante” o por todo lo que ellas hacen por sus hijos. Y ese calificativo le cabe perfectamente a Victoria Romero, más conocida como “doña Argentina” o simplemente “la mami”, quien vivió un Día de la Madre muy especial en el lugar que ya se convirtió en su casa: el Centro Juventud Antoniana, cuyo equipo ayer le regaló un triunfo luego de varias fechas.
Quien fue alguna vez al estadio Fray Honorato Pistoia conoció o conoce a doña Argentina, quien ya forma parte de la historia del santo.
Desde hace más de veinticinco años vive en calle Lerma y San Luis. Fue cocinera, lavandera y hasta da una mano en las boleterías, cuando la situación lo requiere. “A Juventud le debo todo, es parte de mi vida y sigo colaborando con las mismas ganas de siempre”, le dijo emocionada doña Argentina a El Tribuno.
Con sus 72 años a cuestas, ella sigue brindando su amor por todos aquellos que sienten la camiseta del club antoniano. La saludan desde chicos de la escuelita de fútbol hasta jugadores del plantel profesional. Ella siempre muestra la simpatía que la caracteriza y recibe con los brazos abiertos a todos aquellos que pasan a saludarla.
Aquel Juventud que tocó el cielo con las manos cuando ascendió por primera vez al Nacional B tuvo su propia “madre”. “Lígori (el Flaco) me empezó a decir "mami' y después todos en el plantel me llamaba así. Antes los jugadores eran más apegados, más amigueros, tomaban mate conmigo o hacían asado y me invitaban. Ahora son más fríos, un poco distantes y bueno, los tiempos cambian”, agregó Victoria, quien luego comenzó a rememorar aquellos tiempos, cuando el éxito acompañaba al equipo de la banda azul. “El momento más feliz, fue cuando Juventud ascendió por primera vez al Nacional. Le hacía los sándwiches de pebetes a los jugadores para que lleven en los viajes y hasta a veces me llevaban con ellos”, recordó, y a la vez pidió: “Ojalá algún día este equipo pueda ascender”.
El hincha antoniano seguramente recordó en su día a la “mamá de todos los santos”, quien sigue tratando como hijos propios a todos aquellos que se acercan para compartir un buen rato con ella.
SENTIMIENTO
En toda la nota, Doña Argentina siempre que pudo, nombró Martín Ligori. “Siempre cuando el Flaco visita Salta viene directamente a saludarme. Eso me emociona mucho”, remarcó.
SUS FRASES
“Las madres de los chicos de las inferiores me cargan diciendo: ‘Usted es la señora con más hijos en el mundo’. Es lindo sentir el cariño de los más chicos, ellos son pura sinceridad”.
“Uno de los jugadores que más me hizo renegar fue Cristian Contreras. Siempre lo aconsejé. El fue bueno con todos, le regalaba camisetas a los hinchas pero cuando la pasó mal, ninguno estuvo para darle una mano...”
“Tengo seis hijos y a todos los hice hinchas de Juventud pero de prepo. Cinco de ellos vivieron mucho tiempo acá pero Carina, mi hija más chica, nació y se crió en el club al igual que sus cuatro hijas...”
También doña Berta Vélez
Para aquellos nostálgicos hinchas y exjugadores de Central Norte también existió doña Berta Vélez, popularmente conocida como “La Negra Carnaval”, quien fuera una madre para todo barrio Norte. Ella siempre “mimaba” a los jugadores dándoles caramelos antes de los partidos y muchas veces viajó para acompañar a su “cuervo querido” en los viejos regionales y nacionales.
Su vida siempre estuvo ligada a Central Norte y desde su partida física muchos la siguen recordando con cariño. Recibió su justo homenaje en una de las paredes del Dr. Luis Güemes, donde su figura perdurará por muchos años recordada como “la madre de todos los cuervos”.