Una evolución favorable que despeja muchas dudas, aunque quedan otras. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer el alta cardiológica, luego de que el viernes también fuera otorgado el mismo diagnóstico neurológico y neuroquirúrgico. Se descuenta que la mandataria retornará paulatinamente a sus actividades y le espera una agenda cargada de temas para resolver. Entre ellos, si habrá cambios de Gabinete, si se tomarán medidas para controlar la inflación y si se flexibilizará o no el cepo cambiario. Lo cierto es que estos resultados minimizaron las distintas versiones sobre el estado de salud de la Presidenta desde que fue operada el pasado 8 de octubre en la Fundación Favaloro a raíz de un hematoma intracraneal.
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Una evolución favorable que despeja muchas dudas, aunque quedan otras. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió ayer el alta cardiológica, luego de que el viernes también fuera otorgado el mismo diagnóstico neurológico y neuroquirúrgico. Se descuenta que la mandataria retornará paulatinamente a sus actividades y le espera una agenda cargada de temas para resolver. Entre ellos, si habrá cambios de Gabinete, si se tomarán medidas para controlar la inflación y si se flexibilizará o no el cepo cambiario. Lo cierto es que estos resultados minimizaron las distintas versiones sobre el estado de salud de la Presidenta desde que fue operada el pasado 8 de octubre en la Fundación Favaloro a raíz de un hematoma intracraneal.
Ayer a la tarde, mientras crecía la expectativa por el estado de salud de Cristina, el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, explicó en la Casa de Gobierno que los estudios realizados y el monitor Holter mostraron “la ausencia de arritmia significativa y un buen estado cardiovascular”.
Scoccimarro aclaró que “se observó un bloqueo intermitente de la rama de conducción eléctrica izquierda que no interfiere con una normal frecuencia y función cardíacas”.
Asimismo aseguró que “continuará a partir de ahora con los controles de prevención secundaria que incluirán, como ya se ha adelantado, una prueba de movimiento oscilatorio corporal y de esfuerzo pendientes, luego el control por neuroimagen previsto para evaluar el traslado aéreo, a realizarse el lunes 9 de diciembre”, se agregó.
Cabe destacar que los médicos del Favaloro que controlan a la primera mandataria, a los que se suman los cardiocirujanos Juan Manzur y Alejandro Collia, “prohibieron” que viaje en avión o helicóptero, originalmente hasta diciembre.
Si bien el parte no brindó muchos detalles y no hubo lugar a los periodistas acreditados en la Casa Rosada, entre los que se encontraba El Tribuno, para efectuar preguntas, se supo que la jefa del Estado reanudará sus actividades de manera gradual, porque “informalmente ya está en actividad”, y ha seguido en los últimos días los temas de la actualidad.
El vicepresidente Amado Boudou celebró el alta durante un acto en Florencio Varela, y apuntó contra “los chismosos de la política”.
Con Sabbatella, volvió la actividad
Mientras se esperaba el parte médico de Cristina Kirchner, la actividad presidencial se advirtió ayer con la decisión formal de ratificar al frente del AFSCA, el organismo encargado de la aplicación de la ley de medios, a Martín Sabbatella.
De esta manera, el Poder Ejecutivo nacional volvió a proponer a Sabbatella como titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), por un nuevo período el directorio de este organismo.
En tanto, también volvió a proponer a Ignacio Saavedra como miembro del directorio de la AFSCA.
Las propuestas comenzaron a publicarse este fin de semana en algunos diarios, tal como lo establece el artículo 2 del decreto 1525/09, que obliga a remitir los nombres de los candidatos 30 días antes de que comience el nuevo mandato de los directores, previsto en este caso para el 10 de diciembre próximo.
La otra parte del anuncio
POR HUGO KRASNOBRODA
En medio de versiones de todo tipo sobre el avance de la salud presidencial, el parte médico difundido ayer confirmó que Cristina fue dada de alta y que volverá una semana después de lo previsto, pero nadie aclaró las razones específicas de esa postergación.
Se sabe que sus últimos estudios dieron satisfactoriamente, tanto a nivel neurológico como cardiológico, aunque el vocero presidencial no aceptó preguntas del periodismo para constatar si su retorno tendrá inicialmente alguna restricción extra que exceda el no volar por treinta días.
El sábado se había informado que ayer se conocería el “ritmo de su regreso” a las actividades ejecutivas; sin embargo, ese dato clave para la gobernabilidad del país aún continúa sujeto a todo tipo de especulaciones periodísticas. No es ninguna novedad que el Gobierno nunca se caracterizó por tener una comunicación fluida con la prensa, pero la salud de la Presidenta es una cuestión de Estado de la que todos tienen derecho de estar al tanto.
La progresiva recuperación de su salud pone a Cristina ante un desafío de tamaña envergadura para el último tramo de su gestión. Si quiere evitar situaciones de estrés profundo al comienzo de su reaparición, la Presidenta deberá empezar a confiar en su gabinete y delegar varias cuestiones de Gobierno que hasta hace un mes recaían exclusivamente sobre sus espaldas. “Solo confío en mis hijos”, había confesado la jefa de Estado antes de internarse. ¿Habrá cambiado de parecer?