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Una mujer busca a un hombre que acepte un matrimonio sin sexo

Martes, 12 de febrero de 2013 20:10

 
Lisa Smith es una británica de 29 años que que a fines de enero publicó un artículo en el que aclara su repulsión por el sexo: “Odio el sexo y he decidido que no me someteré a esa tortura de nuevo”, dijo en el ‘Daily Mail‘ De ese modo dio a conocer a cercanos y no tanto, que las relaciones íntimas con un hombre no van con ella y que prefiere vivir sin sexo por el resto de su vida.

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Lisa Smith es una británica de 29 años que que a fines de enero publicó un artículo en el que aclara su repulsión por el sexo: “Odio el sexo y he decidido que no me someteré a esa tortura de nuevo”, dijo en el ‘Daily Mail‘ De ese modo dio a conocer a cercanos y no tanto, que las relaciones íntimas con un hombre no van con ella y que prefiere vivir sin sexo por el resto de su vida.

“Siempre he detestado el sexo”, dice Lisa, y a pesar de la extrañeza que ha provocado entre propios y ajenos es mucho más común de lo que parece y se llama asexualidad. Son asexuadas aquellas personas que aseguran no sentir atracción sexual por nadie, y no tiene nque ver con la condición sexual. Una condición que vive cerca del uno por ciento de la población mundial y a quienes la mujer alienta a admitirlo, tal como ella lo hizo al publicar su columna en un medio de comunicación.

Abrazos, besos, pero sexo ¡no!

Lisa relató que desde que era una niña se sintió diferente a sus amigas; que para ella las clases de educación sexual eran extrañas y vergonzosas, y que no veía cómo podría encajar en ellas.

Un poco presionada por la realidad que vivían las otras jovencitas de su edad, a los 16 años perdió su virginidad con su primer novio, tres años mayor que ella. ‘Tres meses después de que comenzamos a salir, dormí con él por primera vez en la cama que tenía en la casa de sus padres, una tarde cuando ambos estaban en el trabajo‘, contó.

De ahí en adelante, la pareja continuó teniendo relaciones, las cuales confirmaron a Lisa su aversión hacia el sexo. ‘Aprendí a fingir el placer, pero después, mientras él dormía, miraba el techo y silenciosamente lloraba‘, sostuvo.

Convencida de que había algo físico que le impedía disfrutar del sexo, Lisa acudió a un médico que la examinó y le realizó varios exámenes, todos los cuales confirmaron que sus niveles hormonales eran normales y que nada malo ocurría con ella.

Su siguiente relación fue a los 20 años, con un hombre tres años mayor con quien se fue a vivir, a pesar de que el sexo continuaba pareciéndole aborrecible y siempre hallaba alguna excusa para evitarlo.

‘Lo encontraba tan repelente que incluso dejé de simular que lo disfrutaba. Pobre, habría hecho cualquier cosa para complacerme, pero nunca pude decirle que la única manera de hacerme feliz era que hiciéramos un voto de abstinencia de por vida‘, señaló.

Pese a que sus relaciones íntimas se limitaban a una cada tres o cuatro meses, estuvieron juntos durante siete años, hasta que él la dejó por otra mujer.

Como estaba segura de que lo que sentía no era normal, visitó a un terapeuta sexual y asistió a sesiones durante seis semanas. Pero hablar de sexo le producía incomodidad, así que decidió terminar con ellas.

En julio de 2011 conoció a su tercera pareja, un hombre que -aseguró- se acercaba mucho a su ideal de hombre perfecto, lo cual la hizo pensar que si tenía sexo con él, quizás su repulsión desaparecería. Pero no fue así. Estuvieron ocho meses juntos, viviendo bajo el mismo techo, pero durante todo ese tiempo ella nunca fue capaz de confesarle que aunque lo encontraba maravilloso, consideraba la intimidad repulsiva.

Ahora Lisa está soltera, pero con un deseo que ella reconoce que le será difícil de cumplir: encontrar a un hombre que esté dispuesto a llevar una relación célibe. ‘Pero no hay muchos como nosotros y sé que mis chances de encontrar un compañero asexual -un hombre que ame pero que nunca quiera tener una relación física- son remotas‘, admitió. Y añadió: ‘Me gustan los abrazos, no me importa besar y anhelo el afecto. Pero nada más que eso‘, aunque quien se lo pida sea el hombre de sus sueños.

Además de no querer tener sexo, la británica tampoco desea tener hijos, por lo menos de forma natural. ‘La idea de esperar un bebé me causa repulsión tanto como el propio acto de procrearlo. Se siente antinatural (à) Si alguna vez quiero niños los adoptaré‘, sostuvo.

‘Mi decisión está tomada: no tendré sexo otra vez. Esto puede relegarme a una vida solitaria, pero es mejor que engañar a un hombre‘, señaló. Por esto al ser consultada sobre cómo pensaba que sería su futuro, respondió: ‘Soy una vegana asexual que no quiere niños. Me veo como la señora loca del gato‘.

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