Explosivo, sin pelos en la lengua y fuera de cualquier discurso armado. Así se mostró Oscar Lescano en una entrevista con El Tribuno, al analizar la suba de veinte por ciento en el piso del impuesto a las Ganancias, anunciada el lunes pasado por la Presidenta. No se guardó nada. “No sirve para nada lo que haga la CGT oficial, porque está demostrado pública y claramente que se toman decisiones sin consultar”, sostuvo el sindicalista.
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Explosivo, sin pelos en la lengua y fuera de cualquier discurso armado. Así se mostró Oscar Lescano en una entrevista con El Tribuno, al analizar la suba de veinte por ciento en el piso del impuesto a las Ganancias, anunciada el lunes pasado por la Presidenta. No se guardó nada. “No sirve para nada lo que haga la CGT oficial, porque está demostrado pública y claramente que se toman decisiones sin consultar”, sostuvo el sindicalista.
Y fue por más: “(El aumento del 20 por ciento en Ganancias) nos perjudica e incentiva a que los gremios pidamos porcentajes más altos”. Como si fuera poco, Lescano sostuvo que “el Gobierno dice que va a desembolsar 8.300 millones de pesos, pero eso lo hará solo en la teoría”.
El histórico líder del gremio Luz y Fuerza cargó con una particular dureza contra la Casa Rosada pese a ser parte de la CGT oficialista. Lescano, quien conduce el gremio hace más de 28 años, sostuvo que en 2013 habrá una “mayor” conflictividad gremial y que “queriendo o no queriendo” el Gobierno “nos está obligando a juntarnos todos (los gremios)”.
¿Qué impacto cree que tendrá en las paritarias el anuncio de una suba del 20 por ciento en el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias?
El anuncio no es significativo: al contrario, a nosotros nos perjudica. A las dos millones de personas que están aportando actualmente no las beneficia en nada. Esto es así porque si la suba sería a partir de enero, algunas personas se verían beneficiadas, pero no es así. Como el aumento es a partir de marzo y los convenios se cierran entre marzo, abril y mayo, cuando se discutan las paritarias los que consigan por ejemplo una suba del 20 por ciento pierden de vuelta el beneficio que se anunció a partir de marzo. Quiere decir que entre marzo y mayo la situación de los que aportan vuelve a ser igual a la del día anterior al anuncio de la Presidenta.
Si no va a beneficiar a nadie, como usted dice, ¿por qué cree que el Gobierno hizo un anuncio de este tipo?
Porque no quiere desembolsar ocho mil millones de pesos, evidentemente. No los quiere desembolsar, los desembolsa en la teoría pero en la práctica no pasa eso. La vigencia es a partir de marzo y los descuentos vienen a partir de fin de marzo, pero el total viene a fin de año. El problema es la tablita. Esa tablita establece una ganancia anual en la que nunca vamos a dejar de pagar los que pagamos, al menos que el impuesto suba un cincuenta por ciento, que es el porcentaje de inflación de los últimos dos años. En 2012 no subió el mínimo no imponible y en 2013 ni siquiera va a llegar al 25 por ciento, pese a que se habla que la suba de precios de este año sería del 30 por ciento. Esto no beneficia a nadie. Ellos (el Gobierno) hablan de un 20 por ciento de aportantes pero en 2009 tributaban 300 mil personas y hoy dos millones y pico de personas. A mí no me alegra que haya déficit fiscal, pero además hay que buscar la forma que haya inversión, que haya ganancias, que haya movimiento económico y que haya crecimiento. Si hay crecimiento seguramente va a haber mayor recaudación. El Gobierno dice que va a desembolsar 8.300 millones de pesos pero eso lo hará solo en la teoría, ya que en la práctica cuando firmen los convenios se vuelve a estar en la situación anterior. En nuestro gremio va a ser peor porque yo por el 20 por ciento no voy a firmar, voy a firmar por más. Todos los que firmen por más del 20 por ciento es más plata para el Estado.
Tras el anuncio de la Presidenta, ¿cree que ahora los gremios pedirán un mayor porcentaje de aumento?
Lógico, lógico. Eso incentiva a que tengamos que pedir cada vez más. O no pedimos nada y ese veinte por ciento nos beneficia en algo. Eso no va a pasar porque nadie va a renunciar a la paritaria. Todavía no cerramos el salario en nuestro gremio pero estamos pidiendo un 27 por ciento de aumento, no sé en cuanto va a terminar; (el anuncio de la Presidenta) incentiva a que cada uno pida más, en vez de pedir moderadamente, algunos se van a desbandar y otros van a hacer paros. Eso seguro.
¿Imagina un 2013 con una mayor conflictividad gremial que 2012?
Lamentablemente, sí. A mí no me gusta confrontar, me gusta dialogar y conseguir acuerdos consensuadamente. Esto (por la suba del 20 por ciento en el mínimo no imponible) no fue consensuado con la CGT, no fue hablado para nada, nadie nos llamó para decirnos “vamos a anunciar esto”. Si nos hubiesen dicho antes hubiésemos pataleado y hubiésemos dicho de seguro que no. Esto no se consensuó con nadie y, como de costumbre, se tomó la decisión ignorando a opositores y oficialistas.
¿Este tipo de anuncios unilaterales no le restan credibilidad a la CGT oficialista?
Lo que le resta es cada vez más adhesión. Uno va y colabora con el Gobierno nacional pensando que, de alguna manera, tenemos que defender lo que se hace bien y criticar lo que se hace mal. Al parecer, no sirve para nada lo que haga la CGT oficial porque está demostrado pública y claramente que se toman decisiones sin consultar para nada. El movimiento obrero no existe.
¿Ve cada vez más probable una unión entre la CGT oficialista y la de Hugo Moyano?
Yo creo que sí. Esto (por la suba del 20 por ciento al mínimo no imponible de Ganancias) va a unirnos cada vez más. Estas cosas van a llevar a unirnos, no tengo dudas de eso. Algunos nos vamos a resistir a la conducción de Moyano, sin duda. Si tenemos que elegir una nueva conducción, puede ser. Estoy seguro de que los dirigentes no tienen una conducta enemiga, tienen un malestar de forma de conducir, nada más. Moyano ya estuvo dos años y a nosotros su estilo de conducción no nos convence. Con eso no quiero decir que no queramos la unidad: creo que cada vez está más cerca la unidad. Queriendo o no queriendo, (el Gobierno) nos está obligando a juntarnos todos.
Concluido el anuncio, ¿pudieron manifestarle sus diferencias al Gobierno?
Si nos dan oportunidad de hablar sí. A mí no me invitan a ningún lado. Si yo tuviese la oportunidad de sentarme a hablar con la Presidenta lo haría, y le diría muchas cosas. Le diría que la voy a ayudar, que vamos a buscar la forma de que haya crecimiento y competitividad. Muchas cosas le diría. Vamos a ver cómo hacemos para anular el impuesto inflacionario. No es solo mirar precios y salarios, hay otras variables económicas que harán bajar la inflación. De cualquier manera, así como yo colaboro pido que también colaboren conmigo, que me tengan en cuenta. Si se va dar un aumento del mínimo no imponible para los trabajadores que están tributando, vamos a consensuarlo, vamos a analizarlo. El Gobierno nacional da veinte por ciento de aumento pero en realidad me lo está dando con la mano derecha y me lo está quitando con la mano izquierda al otro mes. El mismo mes que me da el aumento me lo está quitando de vuelta. Me lo da con una mano y me lo saca con la otra. Ni siquiera fue en enero como se había prometido. Si hubiese sido en enero como se prometió, al menos en tres meses hubiese habido un descuento menor. Eso que están diciendo que esos ocho mil millones de pesos se van a volcar al consumo es todo mentira. Entra por un lado y sale por el otro.
Si bien hay cinco centrales sindicales, hace tiempo que no se ve tanta coincidencia en los reclamos...
No hay que engañarse. Las diferencias son de estilo de conducción. Ninguna de las dos CTA está de acuerdo con la ley sindical. Yo no puedo estar de acuerdo con la CTA cuando ellos están en contra de la ley sindical hecha por Perón. Ellos no la aceptan. CGT es la que tiene Moyano y la que tenemos nosotros. Las demás no existen.
¿Está de acuerdo con que haya paritarias de menos de un año de duración?
No, no. Esa es una mala señal para todos. Discutir cada sesenta días o cada seis meses no es bueno. Yo digo que estaría en condiciones de discutir cada seis meses si me quieren dar el veinte por ciento. Yo firmo, pero lo hago por seis meses. Cosas como esas no le convienen al país. Es una mala señal discutir por menos tiempo de un año, es una señal de que la economía va cada vez peor y que la inflación será cada vez peor.
¿Cómo estima que será la economía de este año?
Nosotros tenemos la esperanza de que vayamos a crecer de vuelta. Eso es lo que todos nos dicen. Los empresarios con los que hablamos dicen que va a haber crecimiento. A lo mejor no el ocho o nueve por ciento, pero sí el dos, tres o cuatro por ciento. Ojalá que sea así porque sería algo saludable. Habrá más movimiento económico y más consumo. Es lo que todos esperamos.