Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea, sufrió una grave crisis política ayer cuando su gobierno renunció en medio de protestas.
Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea, sufrió una grave crisis política ayer cuando su gobierno renunció en medio de protestas.
Decenas de miles de búlgaros han salido a las calles a protestar por los altos precios de los combustibles, la corrupción y las dificultades económicas. Los manifestantes acusaban al gobierno de tener nexos con mafiosos y exigían la renuncia de las autoridades tal como ocurrió.
La protestas han ocurrido desde el domingo pero las peores ocurrieron el martes en Sofía, la capital, cuando los alzados chocaron contra la policía antimotines dejando 15 manifestantes heridos.
Horas después, el gobierno centroderechista del primer ministro Boiko Borisov declaró que acatará la voluntad popular. “Nuestro poder viene del pueblo, y hoy se lo devolvemos al pueblo”, dijo Borisov ante el parlamento antes de entregar formalmente su renuncia y la del gabinete.
El presidente del parlamento Tsetska Tsacheva expresó que habría un debate sobre la renuncia, pero por mera formalidad.
Los sucesos ocurren justo cuando el gobierno perdía apoyo popular ante la peor crisis económica en una década, y antes de unas elecciones generales programadas para julio.
La renuncia implica que probablemente habrá elecciones tempranas en abril o mayo.
Los manifestantes tiraron huevos y tomates a edificios públicos en Sofía y otros quemaron sus facturas de electricidad en público.