Noche mágica, noche de ensueños, son los términos para sentenciar el exitoso final de la trigésimo novena edición de la Serenata a Cafayate, que tuvo como principal “cómplice” a Oscar Chaqueño Palavecino, quien como es su costumbre, se amaneció en el predio “César Perdiguero”, junto a más de 10.000 personas.
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Noche mágica, noche de ensueños, son los términos para sentenciar el exitoso final de la trigésimo novena edición de la Serenata a Cafayate, que tuvo como principal “cómplice” a Oscar Chaqueño Palavecino, quien como es su costumbre, se amaneció en el predio “César Perdiguero”, junto a más de 10.000 personas.
Una soberbia actuación se reflejó por parte del “Chaqueño”. Fue el punto culminante de la noche del sábado, que de esta manera despidió a la duendes serenateros hasta la próxima temporada.
El folclorista, oriundo del paraje Rancho El Ñato, allá en el Chaco salteño, retornó con un espectáculo de primer nivel, dejando en claro, una vez más, que es el dueño absoluto del sábado serenatero. Fue generador para la “locura” total, el público bailó cada una de las zambas y chacareras que interpretó y la Bodega Encantada se encendió en su totalidad.
El público vivió un momento muy especial con Los Tekis. Bailaron y cantaron hasta el cansancio. Estos jujeños jamás olvidan que sus primeros aplausos nacieron en esta tierra vallista.
Seba, Juanjo, Pipo y Mauro eran cuatro típicos jóvenes jujeños que soñaban con ser músicos, mientras por ese entonces sólo animaban fiestas y actos escolares. Años más tarde fueron a estudiar a Córdoba y el destino los unió a Walter y Pucho: su pasión ya tenía nombre, Los Tekis. Debutaron en el Festival de la Serenata en Cafayate en 1991; y en 1995, el Festival de Cosquín los consagraría. Desde Córdoba comenzó esta aventura de recorrer festivales y miles de kilómetros por año, de norte a sur y desde la cordillera al mar.
El es sin duda uno de los músicos más destacados y respetados del país. Se trata de Peteco Carabajal, un creador que ha conjugado espiritualmente la música instrumental folclórica de percusión argentina. Cafayate lo cobijó en su brazos y lo trató como un “grande”. No faltaron sus temas clásicos, entre ellos Como pájaros en el aire (dedicada a su madre), Viejas promesas, Entra a mi hogar (escrito con su padre, Carlos) y su obra emblemática La estrella azul.
El público respetó el trabajo de la sanjuanina Claudia Pirán.
Qué presencia de Mariana Cayón! una artista que no deja de sorprender en sus apariciones en público. el jujeño Bruno Arias, mostró una atrayente propuesta. El toque de garra y belleza lo puso el Grupo Imán. Tucumán apostó nuevamente por La Yunta, mientras Marcelo Toledo le cantó a su Santiago del Estero querido. El humor llegó con Dúo La Risa. También cantó El Toba Toledo.