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Bochorno por el faltante de dinero en un juzgado

Jueves, 25 de abril de 2013 12:06

La ex secretaria penal del Juzgado Federal Nº 2, Isabel Falú, cesanteada y ahora ante una investigación penal por el faltante de dinero en varias divisas por un valor estimado en 190 mil pesos, procedentes de secuestros y allanamientos, denunció al juez Miguel Antonio Medina y al abogado Alberto Raymundo Sosa de haberla extorsionado.

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La ex secretaria penal del Juzgado Federal Nº 2, Isabel Falú, cesanteada y ahora ante una investigación penal por el faltante de dinero en varias divisas por un valor estimado en 190 mil pesos, procedentes de secuestros y allanamientos, denunció al juez Miguel Antonio Medina y al abogado Alberto Raymundo Sosa de haberla extorsionado.

Falú, por su cargo, era la responsable de los bienes decomisados. En el caso del dinero en efectivo, la práctica judicial hace que se informe en detalle las divisas, los montos y el número de serie de los billetes secuestrados. Por disposiciones de la administración judicial, el dinero en efectivo es depositado transitoriamente en una caja fuerte, cuya llave y clave están bajo exclusivo control del secretario a cargo del juzgado. Esos billetes detallados en el informe de la pericia deben ser depositados en un plazo breve en el Banco Nación. Cuando la causa se eleva a juicio, las boletas de depósito de ese dinero se elevan al tribunal junto con el expediente.

Cuando la doctora Falú estuvo de licencia por maternidad, el juez Medina tomó conocimiento de que el tribunal había reclamado reiteradamente el dinero de varios expedientes. Al parecer, esos pedidos habían sido ignorados y ocultados por la funcionaria. El fiscal Toranzos estimó que el faltante global en pesos, euros y dólares, correspondientes a cinco expedientes, ascendía en diciembre a unos 190 mil pesos.

Por el hecho se labraron dos sumarios administrativos y se inició una denuncia penal. A pesar de que la responsabilidad por ese dinero es de la secretaria del juzgado, las actuaciones se llevaron adelante contra NN.

“En el primer sumario se investiga si hubo demora en la entrega de los fondos y por qué no coincidían los números de billetes y de las series, lo que daba la sensación de que los hubieran cambiado. En el segundo sumario administrativo que llevamos adelante se comprobó que podría haber un delito, porque el dinero que se buscaba no estaba en ninguna parte. Por eso, hace más de una semana hicimos la presentación correspondiente ante la Fiscalía N§1”, explicó el juez Medina, en su momento, a El Tribuno.

Finalmente, la investigación recayó en la Justicia Federal de Jujuy. La secretaria Isabel Falú fue cesanteada en diciembre por resolución del juez Mariano Wenceslao Cardozo, que agrega que ese dictamen queda supeditado a la causa penal, pudiendo ser exonerada. Al mismo tiempo, dos prosecretarios fueron suspendidos por 30 días y solo uno de ellos retomó sus funciones, ya que el otro solicitó licencia médica.

La causa penal se sustancia en estos momentos en el Juzgado Federal de Jujuy, a cargo de Fernando Poviña.

La contraofensiva

Un mes después de la cesantía, mientras avanza la investigación penal, la doctora Falú denunció ante el fiscal federal Eduardo Villalba que Medina y el abogado Sosa la habían extorsionado para que “apareciera la plata”.

La intervención de Sosa es planteada en la denuncia como una irregularidad y una infidencia, ya que habría sido el letrado quien comunicó al padre de la secretaria, Ricardo Falú, el gravísimo problema que atravesaba Isabel. Sin embargo, existe entre ambos hombres un vínculo de amistad de toda la vida, que puede apreciarse en innumerables fotos tomadas a lo largo de varias décadas, en jornadas deportivas y en viajes compartidos. Por ese motivo, dicen en el juzgado y en ambas fiscalías se habría buscado una solución “paternal” que evitara que la joven terminara con una condena penal.

Ella lo interpreta de otro modo y asegura que le pidieron cien mil dólares para salvarla. Concretamente, sostiene que el pedido se lo hizo Sosa a un hermano de la acusada, que vive en Centroamérica y con quien se encontraron, circunstancialmente, en una pizzería de San Lorenzo.

Sabor amargo

El juez Medina no quiere hablar sobre el tema. En el juzgado, la situación se vivió con enorme angustia, ya que el faltante de dinero entró en un callejón sin salida.

El doctor Sosa, en cambio, calificó a la acusación como “una bomba de humo o una inapropiada defensa”. Sosa consideró que la situación que derivó en la cesantía de la joven secretaria se encuadra en “la posible comisión de delito de malversación de caudales públicos”.

“La doctora Falú nada dice de los dineros faltantes de la caja fuerte que estaba a su cargo; tampoco explica en qué la perjudicaba que ese dinero que le reclamaba el tribunal oral apareciera. Yo le di un consejo atinado: que el dinero aparezca. Por supuesto, si tenía explicación y prueba de por qué faltaba el dinero debió presentarla en el sumario administrativo o en la causa penal”, explicó.

La denuncia es imprecisa, por cuanto todo parece indicar que si bien Sosa habló con Ricardo Falú en varias oportunidades, la supuesta extorsión se habría producido en El Bodegón, de San Lorenzo, cuando un hermano de la ex secretaria, también llamado Ricardo, se acercó a Sosa para interesarse por la situación de Isabel. “La doctora Falú, con su mentirosa denuncia, muerde la mano de aquel que se la extendió, con la única intención de ayudarla, sin interés de ningún tipo. Ella está involucrando a personas honorables, como mi amigo Miguel Medina, a su padre el ingeniero Gogui Falú, a quien conozco de toda la vida, del rugby, de la UNSa, como cliente, y a su joven y brillante hermano Ricardo, que tra baja como directivo en una multina cional de Panamá. Esta situación, además de bochornosa, me resulta inentendible”.

 

 

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