Crítico y sin pelos en la lengua, Ramón Tornero, dirigente y referente del arbitraje salteño, habló acerca de la dura realidad que golpea a los árbitros en los campeonatos amateurs: “Lamentablemente, el 70 u 80 por ciento de los árbitros inicia su carrera dirigiendo en los barrios. Allí es donde se despierta la inquietud de los árbitros y se convierte en un paso casi obligatorio. Luego, los que son más jóvenes y tienen edad para hacer carrera descubren que hay un paso más, y quizás el más importante, que es el de estudiar en alguna liga afiliada al Consejo Federal”, le dijo Tornero a El Tribuno.
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Crítico y sin pelos en la lengua, Ramón Tornero, dirigente y referente del arbitraje salteño, habló acerca de la dura realidad que golpea a los árbitros en los campeonatos amateurs: “Lamentablemente, el 70 u 80 por ciento de los árbitros inicia su carrera dirigiendo en los barrios. Allí es donde se despierta la inquietud de los árbitros y se convierte en un paso casi obligatorio. Luego, los que son más jóvenes y tienen edad para hacer carrera descubren que hay un paso más, y quizás el más importante, que es el de estudiar en alguna liga afiliada al Consejo Federal”, le dijo Tornero a El Tribuno.
Según su opinión, hay algunos árbitros que no tienen otra alternativa más que correr riesgos al dirigir algunos torneos: “Hay muchos que no tienen la posibilidad de dirigir en torneos organizados y muchas veces tienen que aceptar condiciones mínimas o nulas de seguridad, de infraestructura; jugar en lugares donde no hay vestuarios, no hay alambrados, ni policías y dependés del azar y de la buena de Dios. A veces, ante una decisión polémica hasta pueden sufrir consecuencias físicas. Pero no les queda otra y es una salida laboral”.
Sobre el trabajo del árbitro en los campeonatos amateurs, Tornero acotó: “Estoy seguro de que no se valora ni se respeta como debiera ser. El trabajo de un árbitro es justamente eso, trabajo y lo es desde el nivel profesional hasta el amateur. Pienso que el principal problema en aquellos torneos amateurs es la educación y la conducta deportiva de los jugadores, a pesar de que los árbitros también deberían ser capacitados”.
Grandes diferencias
En el sur de la provincia se trabaja de manera diferente. Rafael Núñez, árbitro de la Liga de Rosario de la Frontera, dijo al respecto: “El fútbol de veteranos de acá no brinda ninguna garantía: se juega a cancha abierta y no hay policías. Pero hay árbitros que se arriesgan y aceptan correr el riesgo. En cambio, en Metán, el fútbol amateur es mucho más organizado y sí brindan seguridad”.
En cuanto al desarrollo de los duelos liguistas, Núñez explicó: “Antes sufríamos agresiones por parte de los jugadores pero ahora todo está muy tranquilo. Creo que, en parte, se debe a que nos capacitamos constantemente y eso hace que un partido se desarrolle con normalidad”.
La visión de la dirigencia
Desde la Asociación Salteña de Veteranos de Fútbol, que este año va a cumplir 28 años de vida, su presidente Claudio Constanzo se refirió acerca del trabajo de los árbitros que dirigen tres partidos cada sábado, sin contar con asistentes por “falta de presupuesto”.
“Cuando agredieron al árbitro Avila (ver página 68), nosotros le brindamos toda la contención que necesitó y al muchacho que le pegó lo suspendimos por cuatro años. Nosotros somos duros con las sanciones y hacemos cumplir bien el reglamento”, explicó Costanzo.
La violencia, a veces, también se hace notar entre jugadores pero, según señaló el dirigente, esto disminuye año tras años porque la clave es aplicar duras sanciones.
“Siempre otorgamos sanciones ejemplares, incluso cuando los jugadores se pelean entre ellos. Los suspendemos por uno o dos años; somos gente grande y "no hay tu tía'. Aquí el mensaje es "el que quiera pelear que vaya a alquilar el Delmi y boxee'”, finalizó el presidente.