La crisis desatada por el aumento del precio del transporte público en San Pablo se extendió ya a buena parte del país y las autoridades esperan nuevas manifestaciones de protesta en al menos 23 ciudades brasileñas en los próximos días.
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La crisis desatada por el aumento del precio del transporte público en San Pablo se extendió ya a buena parte del país y las autoridades esperan nuevas manifestaciones de protesta en al menos 23 ciudades brasileñas en los próximos días.
En el extranjero también tendrán lugar manifestaciones de apoyo al movimiento, convocadas en 27 ciudades por los brasileños residentes. En Brasil, las protestas serán en Manaos, Natal, Brasilia, Porto Alegre, Belem, Belo Horizonte, San Paulo, Recife y Curitiba, entre otras.
Entre las extranjeras figuran ciudades como París, Lisboa, Munich, Berlín, Madrid, Barcelona, México, Argentina, Boston, Chicago, Nueva York, Toronto y Turín.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, fue recibida con una silbatina generalizada a la entrada al acto de inauguración de la Copa de las Confederaciones.
En las inmediaciones del estadio, la Fuerza de Choque de la Policía militar intentó dispersar una manifestación de unas 600 personas con gases lacrimógenos y balas de goma. Parece que, como afirman los analistas políticos, la ola de protestas ha llegado a Brasil “para quedarse”. A las reivindicaciones por el aumento del precio de los transportes, se han unido otras de carácter social como la exigencia de una mejor educación, mejores hospitales o reducción del gasto en eventos públicos como los deportivos. “Ningún partido nos representa” es la consigna.