¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Pese a la tregua de Dilma, los brasileños volvieron a las calles

Domingo, 23 de junio de 2013 04:18

El despertar de un gigante dormido. Pese al discurso “conciliador” y a las promesas de cambio manifestadas por la jefa de Estado brasileña Dilma Rousseff, quien había mantenido un largo silencio ante las protestas desatadas en su país desde hace 11 días, miles de manifestantes antigubernamentales volvieron ayer a tomar las calles en diversas ciudades de Brasil, después de que la presidenta prometiera reformas, aun cuando las nuevas movilizaciones fueron más pequeñas y menos violentas que las de los últimos días.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El despertar de un gigante dormido. Pese al discurso “conciliador” y a las promesas de cambio manifestadas por la jefa de Estado brasileña Dilma Rousseff, quien había mantenido un largo silencio ante las protestas desatadas en su país desde hace 11 días, miles de manifestantes antigubernamentales volvieron ayer a tomar las calles en diversas ciudades de Brasil, después de que la presidenta prometiera reformas, aun cuando las nuevas movilizaciones fueron más pequeñas y menos violentas que las de los últimos días.

Aunque la manifestantes tienen demandas muy variadas, ayer uno de los ejes era protestar contra un proyecto de ley que limitaría el poder de las fiscalías estatales y federales en la investigación de delitos.

Miles de personas se congregaron en la plaza principal de Belo Horizonte y cientos más participaron en marchas en otras ciudades, protestando principalmente contra ese proyecto, en un país en el que la mayoría de la población se dice harta de la inseguridad. La oposición al anteproyecto dominó las protestas convocadas en San Pablo, Brasilia, Río de Janeiro, Fortaleza, Belo Horizonte, Goiania, Salvador y Santa María.

En otras 20 ciudades los manifestantes pidieron mejoras en el servicio de transporte público y se quejaron de los gastos excesivos para la Copa Mundial de 2014 y las Olimpíadas del 2016, además de la corrupción.

El viernes, Rousseff rompió su silencio al decir en un discurso que las protestas pacíficas son parte de una democracia sólida pero que no puede tolerarse la violencia. Además prometió mejorar los servicios y dialogar con líderes de las protestas.

Pero no estaba claro exactamente quién representaría a los descentralizados grupos de manifestantes que han tomado las calles.

“Voy a reunirme con los líderes de las protestas pacíficas, quiero que las instituciones sean más transparentes”, expresó Rousseff, quien dijo que crearía un plan nacional de transporte público y reiteró su apoyo a un plan para invertir los ingresos del petróleo en educación.

Edvaldo Chaves, residente de Río, dijo que el discurso le pareció convincente. “Creo que la situación se va a calmar”. Pero Bruna Romao, empleada de una tienda, consideró que “la gente está fuera de control. No creo que la situación se calme”.

Muchos brasileños, consternados por más de una semana de protestas y violencia, expresaron confianza en que las palabras de Rousseff contribuyan a reducir las tensiones y evitar nuevos actos de violencia, aunque el compromiso de ella de pasar a la acción no convenció a todos.
 

Temas de la nota

PUBLICIDAD