Federico Cash, el padre de la joven que se encuentra desaparecida desde julio de 2011, dialogó telefónicamente con El Tribuno al cumplirse dos años de la misteriosa desaparición de su hija.
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Federico Cash, el padre de la joven que se encuentra desaparecida desde julio de 2011, dialogó telefónicamente con El Tribuno al cumplirse dos años de la misteriosa desaparición de su hija.
El hombre expresó que tanto él como su familia viven constantemente situaciones de ansiedad y tensión en torno a la investigación que pretender dar con el paradero de la joven.
Al ser consultado sobre la investigación llevada a cabo en esta provincia, Cash dijo que “es desastrosa. Los tiempos judiciales son criminales para una persona que sufrió un accidente cerebral. Con esto me refiero exclusivamente a los tiempos, no al juzgado ni mucho menos a una persona en particular”.
Durante la conversación fue inevitable consultarse respecto a si cree que María está en Salta o en el norte del país. A este interrogante respondió: “Seguro hasta cierto punto, la verdad es que nos guiamos por los referentes solidarios de muchas personas que se comunican conmigo a diario. Sinceramente hasta el día de hoy recibo alrededor de cuatro llamados por día. Pero lo cierto es que la fisonomía de una persona es difícil de determinar. Tanto yo como mi familia y la hermosa gente que nos ayuda constantemente la sentimos viva. Tenemos la filosofía de que si pensáramos que está bajo tierra no trabajaríamos como lo hacemos para hallarla. La imaginamos viva y sonriente. Una amnesia puede durar mucho y pensamos que esa es la causa de que aún no la hemos encontrado”.
Por último, Cash agregó: “Durante estos dos años comprobamos a diario la ausencia de una agencia nacional de búsqueda de personas que centralice y coordine los esfuerzos con las policías provinciales. En cuanto a la bella provincia de Salta, que es tan insegura, noté una ausencia de respuestas inmediatas en la asistencia de personas que sufren un accidente como el que le ocurrió a mi hija. La gente del peaje, la Policía y el personal sanitario demostraron no saber responder ante una persona confusa y ausente en tiempo y espacio”.