Ayer enterraron a “Jackson”. Vivió apenas nueve meses, pero en un solo día de su breve existencia regaló mucho más amor que el cretino que lo envenenó. Era un cachorro noble, no por su raza, sino por su infinita capacidad de entregar afecto sin nada a cambio. La familia que lo crió todavía lo llora en la urbanización San Agustín, en el kilómetro 9 de la ruta provincial 26, camino a La Isla.
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Ayer enterraron a “Jackson”. Vivió apenas nueve meses, pero en un solo día de su breve existencia regaló mucho más amor que el cretino que lo envenenó. Era un cachorro noble, no por su raza, sino por su infinita capacidad de entregar afecto sin nada a cambio. La familia que lo crió todavía lo llora en la urbanización San Agustín, en el kilómetro 9 de la ruta provincial 26, camino a La Isla.
Allí, en los alrededores de la finca La Candelaria, un potente veneno esparcido con cebos mató a 19 perros, 6 zorros, 22 caranchos y otra indeterminada cantidad de pequeños mamíferos y aves silvestres.
Detrás de la horrenda matanza, estuvo otra vez la mano del hombre.
“Aquí murió Jackson, víctima de un asesino de animales”, reza el cartel que algunos chicos de la zona colocaron sobre una cruz de madera. Es la forma que ellos eligieron para pedir justicia y sembrar conciencia ante actos de crueldad que se repiten en diferentes rincones de Salta, a pesar de la legislación nacional que los castiga con penas de hasta un año de prisión.
Hasta ayer las dependencias policiales del barrio Los Pinares seguían recibiendo denuncias penales que apuntaban contra el dueño de una granja de la zona, César Franco, como principal sospechoso del envenenamiento masivo de animales.
Ayer, ante indignados vecinos del lugar, el granjero negó toda vinculación con la matanza y afirmó que también perdió dos perros a raíz de los graves hechos que empezó a investigar el fiscal penal de Cerrillos, Federico Portal.
Podrían pedir una detención
Al cierre de esta edición, en espera de los resultados de las pericias solicitadas al Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), no se descartaba que el Ministerio Público pida la detención del denunciado, ante algunos testimonios que comprometerían su situación en la causa.
Aunque aún no se confirmó oficialmente el tipo de veneno utilizado, por la magnitud del estrago se descuenta que se trató de un tóxico de alta letalidad, como la estricnina. “Su venta esta prohibida en todo el país, pero la consiguen igual”, advirtió a El Tribuno Roxana Kostzer, conocida defensora de los derechos de los animales.
La conductora del programa Mi Mascota x TV, que se emite los sábados al mediodía por la señal de Somos Salta, insistió en la necesidad de aplicar “con todo el peso” la ley que castiga los actos de crueldad contra los animales y de educar a policías y otros operadores responsables sobre el derecho animal. Ello, para evitar que se cosifique a seres sensibles que padecen toda clase de maltratos o acaban aniquilados, como acaba de ocurrir en la zona de finca La Candelaria.
Una acción penada
por la legislación
La Asociación Protectora de Animales (APAN), recalca que la ley 14.346, que pena los malos tratos y hechos de crueldad contra animales, forma parte del Código Penal de la Nación. Por lo tanto, la persona que recae en dichos actos comete un delito.
En consecuencia, es un deber ciudadano denunciar esta clase de acciones ante dependencia policiales, un fiscal o juez de turno.
En las seccionales policiales debe exigirse a los agentes que tomen las denuncias como tales y no como meras exposiciones, para que se investigue, se aclaren las responsabilidades y se haga justicia.
La naturalización e impunidad que rodean al maltrato animal hace que los actos de crueldad se repitan.
Hace dos semanas la dueña de un local de ropas de Santiago del Estero al 400, en pleno macrocentro de la ciudad de Salta, fue fotografiada mientras esparcía veneno en la puerta de su negocio para eliminar perros callejeros. Con diferencia de días, una patrulla policial alertada por vecinos neutralizó en Izabeta al 1.100 una trampa de veneno líquido.
En Ciudad de Milagro aún está fresco el recuerdo de un envenenamiento masivo de animales domésticos que quedó envuelto en la impunidad, al igual que otra matanza perpetrada en las inmediaciones de calle Córdoba y el pasaje Del Temple.
Ayer, chicos de la zona de la finca La Candelaria pidieron justicia y pusieron un cartel en el lugar donde murieron perros, zorros y caranchos.