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A puro pulmón, le da la leche a 154 niños pobres

Sabado, 03 de agosto de 2013 02:53

Es en el lote 9, manzana F, del barrio Justicia, ubicado en la zona sudeste. Allí, donde viven los sectores más postergados de la sociedad, se encuentra la casa de Belén. Ella es madre de cuatro hijos. Todos viven sumidos en la pobreza. No consigue trabajo, tampoco su marido.

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Es en el lote 9, manzana F, del barrio Justicia, ubicado en la zona sudeste. Allí, donde viven los sectores más postergados de la sociedad, se encuentra la casa de Belén. Ella es madre de cuatro hijos. Todos viven sumidos en la pobreza. No consigue trabajo, tampoco su marido.

Sin embargo, solidaridad es un valor que no falta en esa casa, que funciona también como un merendero. Viven en un módulo habitacional de dimensiones inexplicables, edificados por el Instituto Provincial de la Vivienda como una solución al problema habitacional. Menos de 15 metros cuadrados tiene la casa. Un baño y una habitación. Eso es todo. Belén decidió construir, junto con su esposo, un pequeño techo, de chapas, afuera de la vivienda, que utilizan como merendero. No tiene puertas. Es solo un techo. Unos 154 niños acuden diariamente allí, salvo los fines de semana, a buscar su merienda.

Ella los espera con algunos tablones rotos y unas pocas sillas para que los chicos puedan sentarse. Aunque no todos se quedan. "Muchos vienen con su vianda y retiran la merienda", cuenta Belén.

A la ausencia de ayuda estatal, la reemplaza con esfuerzo y a través de la colaboración de vecinos y de la iglesia evangélica.

"¿Como hago para darle de merendar a tantos niños en este espacio tan chico?", se repregunta Belén cuando El Tribuno la visitó en su vivienda.

Si hay algo que la preocupa es no poder llegar con todo lo que necesita cada día, pero lo cierto es que hasta ahora hace lo imposible para lograrlo. "Preparo anchi, mate cocido, té y lo que encuentro o lo que me acercan", cuenta.

La cantidad de niños que todos los días llegan hasta la casa de Belén es sorprendente. "A nadie le puedo decir que no venga. Todos pueden venir. Son 154 por día", manifestó la mujer.

La realidad de Belén sorprende. No solo por la cantidad de niños a los que les da el té, sino por su solidaridad aún cuando ni su familia tiene el alimento asegurado.

Como ella, existen muchas otras mujeres humildes que trabajan para sostener sus comedores y merenderos. Como Belén, lo hacen Juanita del comedor Soldadito de Cristo, lo hace Adriana del comedor Jesús Te Ama en La Lonja, entre otras.

Su trabajo consiste en caminar buscando ayuda, es decir alimentos. Ayuda que no llega para su bien, sino para el de los niños. Son mujeres poco conocidas y reconocidas porque su lucha es silenciosa. Belén necesita harina, azúcar, té, yerba, sillas o banquetas y algunos tablones. Comenta que semanas atrás varios políticos que pasaron por su casa le dijeron que volverían con ayuda para el merendero. Aún los sigue esperando... en la puerta.

Los módulos, ¿ las viviendas?

El barrio Justicia cuenta con más de un centenar de módulos habitacionales.

Se trata de pequeñas casillas de menos 16 metros cuadrados. Una puerta de metal y dos ventanas cubren una habitación y un baño. Eso es todo. No tienen cocina.

Fueron pensadas para personas humildes, y a diferencia de los monoambientes, tienen un tamaño menor. Bastante menor.

El equipo de El Tribuno visitó en reiteradas oportunidades a las familias que habitan en esos módulos. Pudo constatar que hay grupos familiares integrados por diez miembros que viven en uno hacinados. No en vano Salta es una de las provincias con mayor índice de hacinamiento, pero la construcción de ese tipo de viviendas, lo fomenta.

Muchos optaron por ampliarlos porque les resulta imposible habitar ahí.

Sabido es que el déficit habitacional es uno de los mayores problemas afectan a Salta, tanto como la pobreza. La necesidad de vivienda afecta a más de 30.000 familias salteñas.

El Instituto Provincial de la Vivienda se encuentra desbordado por la demanda. Y los problemas institucionales que sufrió han provocado un descreimiento de la sociedad sobre el modo en que las viviendas son distribuidas.

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