Totalmente lanzada a la campaña electoral, la presidenta Cristina Fernández volvió a encabezar ayer un acto con el candidato a diputado del oficialismo, Martín Insaurralde, y aseguró “no” tenerle “miedo” a las denuncias en su contra por violar la veda electoral. En paralelo, el fiscal que investiga el caso consideró “correctísima” la acusación que efectuó UNEN.
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Totalmente lanzada a la campaña electoral, la presidenta Cristina Fernández volvió a encabezar ayer un acto con el candidato a diputado del oficialismo, Martín Insaurralde, y aseguró “no” tenerle “miedo” a las denuncias en su contra por violar la veda electoral. En paralelo, el fiscal que investiga el caso consideró “correctísima” la acusación que efectuó UNEN.
Desde el campo de deportes de la universidad de La Matanza, la jefa de Estado reveló que ayer a la mañana, antes de ir al acto, “pensaba ¿será conveniente que vaya? ¿Mañana (por hoy) no me meterán una denuncia por venir a apoyar a los candidatos del Frente para la Victoria? La verdad que dudé pero como no tengo miedo, como he tenido y voy a seguir teniendo mucho coraje, dije vamos igual”, planteó Fernández de Kirchner desde un escenario acompañada por el gobernador Daniel Scioli y funcionarios del gabinete nacional.
La mandataria, en un extenso discurso que ofreció ante sus candidatos, comparó la denuncia por su presunta participación en la campaña electoral con la que se impulsó en 2007 por el caso Skanska, en el que se planteó la existencia de sobreprecios en la adjudicación de obras desde el Ministerio de Planificación.
“Me acuerdo en 2007, cuando un señor que dirige un monopolio no quería que Cristina sea candidata a presidente y se lo fue a decir a Néstor (Kirchner). Me acuerdo muy bien, en todo 2007, el escándalo terrible con ¿cómo se llamaba esa causa con nombre de yogur?”, añadió en alusión al caso Skanska.
Y apuntó que “al cabo de más de seis años nada se sabe en qué quedó. El único funcionario que procesaron en aquel momento está absuelto”.
Cristina Fernández denunció que una situación similar se produjo en 2011, cuando “quisieron enlodar a una de las mujeres más transparentes de la Argentina, que había perdido a sus dos hijos y que había rechazado la indemnización”.
“La quisieron ensuciar a Hebe de Bonafini”, aclaró.
Por su parte, el fiscal Di Lello justificó la investigación que inició para determinar si la Presidenta violó la veda electoral al indicar que la denuncia le pareció “correctísima” y remarcó que a él le “pagan para aplicar la ley”.
Di Lello, en tanto, señaló que para estos casos la norma contempla una “inhabilitación política de uno a diez años”, pero admitió que “sería hipócrita decir que esto va a suceder”.
El rol de las redes
El director nacional electoral, Alejandro Tullio, ratificó ayer que las redes sociales “no están alcanzadas” por la veda electoral que prohíbe la difusión de datos 48 horas antes de los comicios y hasta que no se cierren las urnas. Tullio explicó que “las cuentas de Twitter y Facebook no está reguladas”, pero aclaró que “internet sí, los blogs y periódicos digitales sí”. “Las redes sociales no porque no son universales, por más que estén extendidas”, detalló.