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Influencia andina: rituales paganos y religiosos

Lunes, 05 de agosto de 2013 12:26

La cultura andina deja entrever cada año con más fuerza su influencia en todo el territorio provincial.

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La cultura andina deja entrever cada año con más fuerza su influencia en todo el territorio provincial.

Esto se vislumbra en la expresión de rituales paganos, como las honras a la Pachamama, y religiosos, como la veneración a la Virgen de Urkupiña. Esta última es una festividad originaria de Bolivia que se celebra del 14 al 16 de agosto en Quillacollo, departamento de Cochabamba, donde según la tradición la Virgen se le apareció a una pastorcita.

Salta, por su condición de provincia fronteriza, recibió en las últimas décadas fuertes oleadas de inmigrantes bolivianos que influyeron decididamente en el comercio, la gastronomía, la música, la danza, el lenguaje, la agricultura y también en lo religioso. Este último caso es, quizás, el más visible y se ve reflejado en la enorme masa de católicos que se sumaron a la devoción a la Virgen de Urkupiña.

Hasta no hace mucho tiempo esta veneración estaba acotada a las comunidades bolivianas residentes en la provincia.

Hoy sus devotos pueden contarse por decenas de miles, compitiendo incluso con cultos locales como los del Cristo de Sumalao o la Virgen del Perpetuo Socorro.

Si bien la fiesta central tiene lugar a mediados de agosto, las festividades se extienden a lo largo de todo el mes y, en algunos casos, hasta entrado octubre debido a los cientos de fraternidades que, una tras otra, organizan celebraciones y desfiles en los diferentes barrios de la ciudad capital y en las localidades del interior.

Peregrinos

Las peregrinaciones con la sagrada imagen son acompañadas, en muchos casos, por la danza de caporales, tobas, waca waca, pujllay, suri sicuri, morenadas, diabladas, tinkus, kallahudas e inti huayras, que ensayan durante todo el año para ofrecer lo mejor de su arte a la venerada Virgen.

Los desfiles rebasan de colorido con sus trajes exóticos y los altares son rodeados de botellas de agua e imágenes de la Virgen que ?van a oír misa? y recibir la bendición de los sacerdotes, que los devotos acogen como símbolo de protección y unión. Durante esos días no hay cambas ni collas, salteños ni jujeños, ricos ni pobres. Es un momento y un espacio de permanente encuentro y confraternidad entre seguidores de la Virgen de Urkupiña.

Historia de la aparición de la Virgen de Urkupiña

Cuenta la tradición que en época de la colonia, en el paraje de Quillacollo, Cochabamba, a una pequeña niña pastora se le apareció una hermosa señora con un pequeño en sus brazos.

Para la pastorcita conversar con la señora, quien hablaba en quechua, y jugar con el niño se convirtió en algo natural. Un día le contó a sus padres de la existencia de esa señora, quienes extrañados comentaron la situación al cura párroco y a algunos vecinos. Fue así que decidieron cerciorarse de la veracidad del relato de la niña.

Un 15 de agosto aparecieron los padres y un grupo de vecinos donde la niña pastoreaba sus ovejas. Grande fue la sorpresa cuando vieron a la pastorcita acompañada de la señora y su hijo. Pudieron observar, además, que la señora y el niño empezaron a subir al cielo. La gente sorprendida preguntaba en voz alta: ¿Dónde está la señora?, a lo que la pastorcita muy feliz respondía señalando hacia el cielo: ?Ork hopiña, ork hopiña?, que en quechua significa ?ya está en el cerro?.

En el lugar de las apariciones la gente encontró luego la bella imagen de una mujer con su hijo, a la que denominaron Virgen María de Urkupiña. Allí se construyó un templo.

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