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Una familia retro: viven sólo con la tecnología de los ochenta

Jueves, 12 de septiembre de 2013 07:11

Una familia de la localidad canadiense de Guelph, en Ontario, se ancló en los años ochenta para garantizar su felicidad hogareña. Los McMillan se convirtieron en un matrimonio “a la antigua” después de que notaron que sus hijos eran adictos a la tecnología.
Blair McMillan y su mujer, Morgan, tienen 27 años y dos hijos en común: Trey, de 5, y Denton, de 2, quienes a pesar de su corta edad ya se sentían más atraídos por el iPad que por el enorme jardín de su casa en Guelph.

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Una familia de la localidad canadiense de Guelph, en Ontario, se ancló en los años ochenta para garantizar su felicidad hogareña. Los McMillan se convirtieron en un matrimonio “a la antigua” después de que notaron que sus hijos eran adictos a la tecnología.
Blair McMillan y su mujer, Morgan, tienen 27 años y dos hijos en común: Trey, de 5, y Denton, de 2, quienes a pesar de su corta edad ya se sentían más atraídos por el iPad que por el enorme jardín de su casa en Guelph.

Por eso, la pareja decidió retrotraerse a la tecnología que existía en 1986, el año en que ambos nacieron. Así, en su casa hay una televisión, pero que no tiene conexión al cable, y un equipo de música que no reproduce MP3.
Además, los chicos tienen a su disposición videojuegos, pero de los clásicos. Nada de Playstation o Wii: para ellos existe Super Mario Bros. Y si los adultos desean consultar un dato histórico o entretenerse, siempre tienen a mano una enciclopedia de unos 20 tomos o libros de papel.

“No lo podía creer cuando borré mi cuenta de Facebook al comenzar este desafío”, aseguró Morgan, consiente de que su marido tenía buenos motivos para deshacerse de su iPad, sus smartphones, sus DVDs y todo rastro de tecnología actual.
“Vamos a criar a nuestros hijos de la misma manera en que nos criaron a nosotros durante un año, sólo para ver qué pasa”, explicó Blair sobre su experimento, que empezó en marzo de 2013.

Desde entonces, su mujer ya leyó 15 libros y sus hijos se entretuvieron durante kilómetros con el “veo veo” en el auto familiar, que es un Kia de 2010 sin pantallas para reproducir videos y música desde el respaldo de los asientos delanteros.
La vida retro parece haber beneficiado a Blair -quien hasta tiene un corte de pelo ochentoso-, su mujer e hijos. “Nos sentimos más unidos y hablamos mucho más”, convino Morgan.¿Vos harías lo mismo?

 

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