Con el correr de las horas crece la desesperación en México, sacudido por el impacto simultáneo de dos ciclones, la tormenta tropical “Manuel”, desde el Pacífico, y el huracán “Ingrid”, desde el Atlántico, que ya han causado 80 muertos, afectado a 1,2 millones de personas en el país y ocasionado deslaves, inundaciones y millonarios daños materiales.
inicia sesión o regístrate.
Con el correr de las horas crece la desesperación en México, sacudido por el impacto simultáneo de dos ciclones, la tormenta tropical “Manuel”, desde el Pacífico, y el huracán “Ingrid”, desde el Atlántico, que ya han causado 80 muertos, afectado a 1,2 millones de personas en el país y ocasionado deslaves, inundaciones y millonarios daños materiales.
Es la primera vez en medio siglo que, según el Servicio Meteorológico Mexicano, el país se ve afectado a la vez por dos ciclones tropicales originados en ambos océanos, creando una tenaza mortal que ha sembrado la tragedia en la mayor parte del país. A este panorama se sumó que la tormenta “Manuel” volvió a fortalecerse en el Pacífico, y se emitió una nueva advertencia de tormenta tropical para algunas partes de la costa.
La mayoría de las víctimas mortales se ha registrado en el estado sureño de Guerrero, particularmente en el famoso balneario de Acapulco, que se halla aislado por vía terrestre desde el pasado fin de semana.
México aún enfrentaba otra posible amenaza meteorológica. Una baja presión se formó en la Península de Yucatán, en el este del país, que según los expertos podría convertirse en un ciclón en los próximos días.
Caos en Acapulco
Miles de turistas agotados, hambrientos y cada vez más apesadumbrados hacían interminables filas para tener una posibilidad de llegar a casa en uno de los dos puentes aéreos que salen de Acapulco.
Unos 40.000 turistas vieron cómo un fin de semana de placer -que se alargó por el feriado del Día de la Independencia- se transformaba en una lucha desesperada por lograr regresar a casa.
Mientras tanto, policías estatales resguardaban la entrada de una tienda, donde horas antes residentes entraron y se llevaron comida, ropa y electrodomésticos. Cientos de personas caminaban entre las aguas estancadas del estacionamiento del almacén en busca de cualquier cosa, comida o bebida, que los saqueadores pudieran haber tirado.
Con el aeropuerto cerrado y las autopistas bloqueadas, las autoridades habilitaron algunos vuelos de líneas comerciales y aviones militares para hacer un puente aéreo y sacar a los turistas.