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ACV

El ACV, segunda causa de muerte en el mundo

Miércoles, 04 de septiembre de 2013 01:32

La muerte de la soprano Florencia Fabris, de 38 años, a causa de un accidente cerebrovascular (ACV) generó nuevas preguntas sobre esta afección: cómo afecta, cuál es el mejor modo de prevenirlo y si estos episodios son siempre mortales.

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La muerte de la soprano Florencia Fabris, de 38 años, a causa de un accidente cerebrovascular (ACV) generó nuevas preguntas sobre esta afección: cómo afecta, cuál es el mejor modo de prevenirlo y si estos episodios son siempre mortales.

Según se informó ayer, la soprano Fabris sufrió uno de estos episodios durante su presentación en San Juan, a causa de un aneurisma que derivó en un ACV hemorrágico. Un aneurisma se produce por una debilidad en ciertas paredes del vaso sanguíneo, que hace que estos se dilaten y sean más propensos a la ruptura y provoca un volcado de sangre en el cerebro. Cabe aclarar que los aneurismas no son necesariamente hereditarios. Hay una pequeña proporción que puede serlo pero no es la regla.

Existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares: El isquémico, que se produce principalmente por disminución de la llegada de oxígeno al cerebro, producto de alteraciones en la circulación arterial.

El hemorrágico, que puede producirse por hipertensión arterial, traumatismo, malformaciones congénitas o como una alteración del isquémico.

La detección temprana de los síntomas de un ACV y la inmediata atención médica resultan fundamentales para reducir la posibilidad de muerte y discapacidad. Un dato importante es que los tratamientos solo funcionan si se aplican dentro de las primeras cuatro horas y media de presentados los síntomas.

Una de las principales preocupaciones instaladas en la sociedad es saber si, efectivamente, todos los ACV son mortales. Según los especialistas, no lo son. Esto dependerá del tipo de accidente cardiovascular, del tamaño y de la localización a nivel del sistema nervioso que tenga. Los isquémicos, por ejemplo, pueden dejar ciertas secuelas como problemas en el habla o movilidad.

Según la Organización Mundial de la Salud, los ACV conforman la segunda causa de muerte a nivel mundial y una de las principales causas de discapacidad. No obstante, existen factores de riesgos modificables que ayudan en la prevención. Las personas pueden intervenir evitando el sedentarismo, por ejemplo. También inciden la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol alto y la obesidad.

 

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