Crédito de las fotos Pablo Yapura
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Crédito de las fotos Pablo Yapura
San Antonio de los Cobres deslumbra a propios y ajenos con la belleza de sus paisajes. Cuesta no enamorarse de esos cerros, no sentirse pequeño ante la inmensidad de esas montañas, no conmoverse ante el silencio majestuoso que presenta la puna.
Bajo el lema “el futuro me llama” el intendente de San Antonio de los Cobres, Leopoldo Salva, dio inicio a la “Primera feria ganadera de Santa Rosa de los Pastos Grandes”. Un hecho histórico para los pobladores de la puna, que buscan mejorar su calidad de vida, a través de la cría de llamas como recurso para el desarrollo económico.
Con la inmensidad de las montañas de fondo, la bandera argentina, la salteña y la wiphala flameaban en lo alto como muestra de la integración.
El cacique Kolla Nicolás Morales dijo que este era un día que venían esperando hace mucho y que hoy se hace realidad. “Yo desde los 7 años que pastoreo llamas y por eso es tan importante esta feria para mi”, expresó el representante indígena.
En el discurso de apertura de la feria, Leopoldo Salva remarcó la importancia que tiene este evento para la región. “Hoy estamos cumpliendo un sueño y depende de nosotros hacerlo realidad y que perdure en el tiempo. Agradezco a la comunidad de Pastos Grandes por el esfuerzo y quiero decirles que este logro es de ustedes. Queremos que en el país nos conozcan no por lo que nos falta sino por lo que estamos haciendo. Mi sueño es que esta feria sea una de las más importantes de la provincia y, por qué no, del país”, agregó el intendente.
El desafío que tienen por delante los puneños es espinoso. Pero tienen grandes probabilidades de éxito, ya que sus habitantes apuestan al futuro sin olvidar el pasado.
Respetuosos de la madre tierra, los pobladores de Pastos Grandes se encargaron de realizarle ofrendas en su honor y realizaron lo que ellos llaman “Convido a la Pachamama”. “Le pedimos a nuestra madre tierra que nos ayude a crecer, y a tener estos corrales llenos de llamas para vender. Permiso pachita para poder realizar esta feria, para que cada año sea más grande y con más animales”, expresaron los pobladores mientras le ofrecían comida, bebida, hojas de coca y cigarros.
El programa oficial de la feria tuvo algunas de las siguientes actividades: concurso de comida caliente y de quesos, degustación de comidas andinas, exposición y concurso de llamas, demostración de esquila de llama. Al finalizar la jornada, el intendente de San Antonio de los Cobres dialogó con El Tribuno y afirmó: “Para realizar este evento estuvimos trabajando más de un año, en el que realizamos capacitaciones a los pobladores que estaban interesados”.
“Les enseñamos a hacer embutidos, como mortadela, salamines, y hasta hamburguesas o chorizos, todos derivados de la llama. También los instruimos en la creación de artesanías en lana, que si uno la elabora bien es una fibra muy fácil y dócil para trabajar”, explicó Salva.
El intendente señaló que “la idea es resaltar la cadena productiva que tiene la llama, que no sólo la tengamos para subsistencia sino que sea un recurso que sirva para vivir mejor”.
“Esta feria sirve para mostrar todo lo que se puede hacer con la llama, queremos que cobre trascendencia, hacerla todos los años y cada vez ir mejorando”, sentenció.
Finalmente, Salva aseguró: “Quiero que el país conozca a Pastos Grandes por lo que realmente tiene”.
Al pie del nevado
Pastos Grandes es una localidad ubicada en el departamento de Los Andes, que en 1943 fue anexada a San Antonio de los Cobres.
En esta pequeña localidad, en la que viven más de 200 personas, cuenta con una escuelita a la que asisten solamente 48 alumnos. En esta zona se registran las ocupaciones humanas más tempranas. Las mismas datan desde casi 10.000 años A.C.
Al pie del nevado Quewar y a unos 60 kilómetros de San Antonio de los Cobres, Pastos Grandes se destaca por su gran cantidad de llamas.
Las llamas son un recurso estratégico para los pobladores pastograndeños. Este tipo de camélidos tienen un fuerte impacto en la economía puneña, y es el sustento de la gran mayoría de la población. Junto a la agricultura de altura, son los recursos estratégicos para el desarrollo de la región andina.