La violencia está enquistada y haciendo estragos en nuestra sociedad. Se da en todos los estamentos. Sin distinción de clases sociales. La venta de alcohol sin control y la droga hacen un coctel explosivos para que esto suceda a diario.
En las últimas horas sucedió un hecho gravísimo en el barrio Ferroviario. La calle Los Cardones, entre Los Fresnos y Las Acacias, se convirtió en un campo de batalla de patotas, “donde se escucharon varios disparos de armas de fuego”, según denunció a El Tribuno un vecino.
inicia sesión o regístrate.
La violencia está enquistada y haciendo estragos en nuestra sociedad. Se da en todos los estamentos. Sin distinción de clases sociales. La venta de alcohol sin control y la droga hacen un coctel explosivos para que esto suceda a diario.
En las últimas horas sucedió un hecho gravísimo en el barrio Ferroviario. La calle Los Cardones, entre Los Fresnos y Las Acacias, se convirtió en un campo de batalla de patotas, “donde se escucharon varios disparos de armas de fuego”, según denunció a El Tribuno un vecino.
Todo se inicio a las 5 de la madrugada del domingo, cuando un joven fue patoteado por parte de tres individuos que efectuaron varios disparos con armas de fuego. Al escuchar las detonaciones, los vecinos alarmados se comunicaron con el Sistema de Emergencia 911, pero estos nunca aparecieron por el lugar, según contaron. Pero aquí no terminó todo, ese mismo día (domingo) a las 7 de la mañana, explotó otro problema. Una patota arrasó el barrio rompiendo los vidrios de los vehículos que se encontraban estacionados en la calle. En esta oportunidad, la policía sí se hizo presente en forma inmediata y se llevó a un par de menores demorados.
Una hora y media más tarde (8.30), la madre de uno de los menores aprendidos, junto a sus hijos y otros revoltosos armados con palos, se presentaron en la calle Los Cardones e increparon a los vecinos que sufrieron la rotura de los autos y denunciaron el hecho a la Policía. Les reclamaban en forma agresiva que por culpa de ellos, sus “niñitos” fueron a parar a la comisaría (cabe señalar que a la hora quedaron libres). La Policía se presentó en forma rápida y calmó los ánimos.
Pero el relato del vecino no terminó con ese incidente. Y señaló que “el domingo a las 21 las agresiones volvieron con la presencia de los patoteros”. Nuevamente la policía se hizo presente, pero todos viven con miedo en el barrio que, al decir por ellos, tiene graves problemas con la proliferación de patotas, que hacen de las suyas, tanto en Los Cardones y como en la avenida Juan B. Justo.
“Esto es cosa de casi todos los días. Esperamos que la Policía detenga a quienes deba detener por estos hechos vandálicos, y que las Justicia actúe como tal y no deje libre a los menores que causan destrozos y problemas todos los fines de semana. Parece que vivimos en el lejano oeste”, señaló con indignación el denunciante a El Tribuno.