“Todos deseamos la paz; muchas personas la construyen cada día con pequeños gestos; muchos sufren y soportan pacientemente la fatiga de intentar edificarla. Y todos tenemos el deber, especialmente los que están al servicio de sus pueblos, de ser instrumentos y constructores de la paz, sobre todo con la oración”, dijo.
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“Todos deseamos la paz; muchas personas la construyen cada día con pequeños gestos; muchos sufren y soportan pacientemente la fatiga de intentar edificarla. Y todos tenemos el deber, especialmente los que están al servicio de sus pueblos, de ser instrumentos y constructores de la paz, sobre todo con la oración”, dijo.
“Construir la paz es difícil, pero vivir sin ella es un tormento. Los hombres y mujeres de esta tierra y de todo el mundo nos piden presentar a Dios sus anhelos de paz”, explicó el pontífice al encabezar una ceremonia ante más de 8.000 fieles en la plaza del Pesebre de la ciudad donde nació Jesús.
“Señor Presidente Mahmoud Abbas, en este lugar donde nació el Príncipe de la paz, deseo invitarle a usted y al Señor Presidente Shimon Peres, a que elevemos juntos una intensa oración pidiendo a Dios el don de la paz”, manifestó Francisco.
“Ofrezco la posibilidad de acoger este encuentro de oración en mi casa, en el Vaticano”, agregó.
Aceptación inmediata
El Papa obtuvo una importante victoria moral un rato después, al lograr que los presidentes israelí y palestino aceptaran visitarlo en el Vaticano el mes próximo, para analizar los asediados intentos de paz.
Las negociaciones entre israelíes y palestinos se interrumpieron a fines de abril y no se habían programado más reuniones de alto nivel este año.
El Pontífice argentino, que tomó el nombre de San Francisco de Asís, símbolo de la paz, llegó a Belén, la cuna del cristianismo, en un aval simbólico a las aspiraciones palestinas de un Estado propio. Afirmó que el estancamiento en las gestiones de paz en la región era “inaceptable” y se detuvo brevemente a orar frente a la barrera de separación que los israelíes erigieron en torno de esta ciudad bíblica. Asimismo, por un momento, se calzó en la cabeza la pañoleta a cuadros blancos y negros que simboliza la causa palestina.
Tercera etapa en Israel
Tras su paso por Belén, el pontífice arribó cerca de las 16:30 hora local al Aeropuerto Internacional Ben Gurion donde fue recibido por el presidente Shimon Peres y el primer ministro Benjamin Netanyahu.
En ese sentido, el líder de la Iglesia Católica reiteró su llamado a las autoridades israelíes y al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, para reunirse en el Vaticano y “elevar una intensa oración pidiendo por la paz”.
La Liga Árabe elogió ayer las declaraciones del papa Francisco realizadas en Palestina en las que pidió la finalización del conflicto en Oriente Medio y señaló que “tiene un significado político importante”.
El ayudante del secretario general de este organismo árabe para los Asuntos de Palestina, Mohamed Subaih, elogió también el papel de la Santa Sede en la defensa de los cristianos en el mundo, incluidos los territorios palestinos.
Y aprovechó para denunciar que los templos y los sitios santos cristianos de Oriente Medio son blanco de agresiones israelíes continuas, al igual que los santuarios islámicos.
Caminando hacia la reunificación
El papa Francisco y el patriarca ecuménico Bartolomé I firmaron una declaración conjunta en la ciudad vieja de Jerusalén en la que abogan por la unidad de los cristianos ante los retos futuros. El obispo de Roma y el patriarca de Constantinopla repitieron así la histórica escena que hace cincuenta años protagonizaron sus antecesores Pablo VI y Atenagoras I, que rompieron una hostilidad que se remontaba al siglo XI.