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El triunfo y la alegría fueron para Juventud

Domingo, 04 de mayo de 2014 03:03

El fuego ya quema a Central Norte, porque es como descender al infierno. Duele en el alma de los corazones cuervos que de por sí están más curtidos con estos desenlaces. Pero igual duele. Y con esta caída también perdió el fútbol salteño.

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El fuego ya quema a Central Norte, porque es como descender al infierno. Duele en el alma de los corazones cuervos que de por sí están más curtidos con estos desenlaces. Pero igual duele. Y con esta caída también perdió el fútbol salteño.

El cuervo se fue al Argentino B después de batirse en un tremendo duelo de 120 minutos con el santo. Ninguno dio el brazo a torcer y la definición desde los doce pasos concluyó el peor de los clásicos entre los clubes más populares de Salta.
Juventud festejó como si hubiera salido campeón; solo mantuvo la categoría. El santo se salvó por poco y no precisamente por un penal. Se salvó por muy poco y porque, si lo penales son una lotería, tuvo el número ganador: Mariano Maino.
El exarquero cuervo, y vaya ironía del fútbol, fue el gran artífice de que Juventud mantenga la categoría. Atajó dos pelotazos impresionantes durante el partido, un cabezazo de Oscar Altamirano que sacó sobre la línea y un bombazo de Matías Guerra que se metía en el ángulo. Después, adivinó el cuarto disparo de Central, el que ejecutó Martín Aguirre, para darle la salvación al santo. Ese mismo jugador que tantas veces había salvado al cuervo.
Pero que quede bien claro: Central no descendió por culpa de Martín Aguirre. En todo caso, el remate del defensor termina siendo el último eslabón de una larga cadena de yerros. La culpa debe repartirse en mayor medida con los jugadores que se fueron a mitad de campeonato y en menor porcentaje con estos que terminaron forzando este desempate. Pero todos, al final, fueron protagonistas de la mala campaña a lo largo del torneo. El técnico Gustavo Coleoni y el expresidente Pino Macaione también se llevan un pedazo grande de culpa por esta debacle. Ambos armaron el plantel y le pifiaron en la elección de los jugadores que pusieron al cuervo entre los peores desde el primer tramo del torneo. Terminó siendo irreversible. Central también pagó por haber dejado escapar 16 puntos en condición de local a lo largo de la temporada. Y así le fue. Hoy se quema en el Argentino B.

 

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