Fue el salvador, el ángel que guarda la ilusión argentina. Si hay partidos difíciles, el de ayer frente a Suiza fue uno de ellos, y ahora todo el esquema táctico se armará para enfrentar a Bélgica el próximo fin de semana.
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Fue el salvador, el ángel que guarda la ilusión argentina. Si hay partidos difíciles, el de ayer frente a Suiza fue uno de ellos, y ahora todo el esquema táctico se armará para enfrentar a Bélgica el próximo fin de semana.
Con un Messi nuevamente iluminado, un Rojo y un Mascherano que se convirtieron en el alma de la celeste y blanca y un Di María que se comió la cancha, la selección de Alejandro Sabella logró superar la barrera de los octavos de final.
En un partido no apto para cardíacos, el sufrimiento fue el principal protagonista y esto nos demuestra que en el Mundial de Brasil 2014 los favoritos tendrán que demostrar mucho para llegar lo más lejos posible.
Pero nosotros solo esperamos que el Pipita Higuaín demuestre el nivel que todos esperamos y que el Kun Agüero sea parte del próximo escalón que nos hará profetas en tierras de Pelé.
Será otra batalla, pero la Argentina es una potencia que se hace respetar en cada campo de juego, cuando el verdadero juego se convierte en una guerra sin cuartel.
No hay marcha atrás, es la victoria o el abismo, es todo o nada, pero el triunfo final podrá potenciarse, cuando la vuelta olímpica la demos en Brasil y finalmente cantemos “qué se siente”.